Viva y activa, Tomasa Paraíso, de 41 años, es un ejemplo de trabajadora agrícola de larga trayectoria. Vinculada a las tareas del campo desde que tenía 14 años, ha logrado un puesto en la explotación familiar vitícola de Tomelloso, donde reside.
Está dada de alta como peona por su padre como titular de las plantaciones, y realiza “todas las labores propias del cuidado de las viñas que tenemos en vaso”.
Precisamente, estos días está inmersa en la retirada de las gomas de goteo del sistema de riego, tras culminar la vendimia la pasada semana, con el “fin de empezar todo el ciclo”.
Siempre en la empresa familiar, hace años que también cultivó melones y sandías, pero ahora sólo explotan los viñedos “que también tienen su trabajo”.
Lo mismo ara con el tractor, que poda o recoge los sarmientos, “como hacen cada vez más muchas muchachas en Tomelloso”.
Tomasa Paraíso habla del cambio positivo habido en el sector agrícola para las mujeres de los núcleos rurales, que están demostrando “que pueden hacer los trabajos como los varones”. Por ejemplo, recuerda una reciente estampa muy gráfica de la vendimia que acaba de cerrarse, con “mujeres llevando la uva a descargar a las bodegas, con sus buenos tractores y grandes remolques”. Esta imagen era inédita hasta hace pocos años.
“Esto está cambiando mucho y eso es bueno”, celebra con positivismo, el mismo que transmite cuando comenta el carácter irreversible del nuevo escenario en un sector tan tradicional como el agrícola. “Va a más” porque “ya hay muchas jóvenes que están metidas en esto, que es otra industria y apuestan por ella y por su propio futuro”, sostiene.
Paraíso cierra el círculo de su particular relación con el mundo agrícola como miembro de la Hermandad de San Isidro, patrón de los labradores. A esta entidad también ha llegado la igualdad, subraya, pues “estamos tres mujeres y yo soy la tesorera”. Precisamente, la celebración de los actos del patrón en mayo es una manera de reivindicar la voz de las mujeres, porque ella y otras sacan sus tractores para acompañar a un santo que vela por los campos y sus frutos.