Josefina Tafalla presentó este viernes en la Casa de Cultura su libro “Albores, una revista cervantina y manchega de los años 40” que dirigió Francisco Adrados. La obra tiene su origen en una tesis que esta profesora de Filología Hispánica elaboró sobre este polifacético personaje no suficientemente reconocido y al que pudo llegar por lazos familiares puesto que era su sobrina política. Además de la autora, el acto contó con la presencia del diputado provincial y concejal, Francisco José Barato; de la concejala de Cultura, Nazaret Rodrigo; del periodista, Javier Soto y del representante de Acento Cultural, Ricardo Ortega. Entre el público había personas que tenían lazos familiares o de amistad con el tomellosero Francisco Adrados que fue periodista, licenciado en derecho y magisterio.
La autora descubrió el origen de su interés por Adrados, “era tío de mi esposo Javier, él fue quien me invitó a conocerlo y fui investigando sobre un hombre que fue redactor jefe de ABC en la sección de industria y economía y también editó una revista de ingeniería. Se aplicó con pasión en la edición de la revista Albores, en el tiempo tan complicado de la postguerra. He ido confeccionado el libro desde los datos, la base de los documentos escritos”.
Tafalla habló de una revista con buena fotografía y tipografía moderna de la que se editaron 33 números, uno de ellos especial dedicado a Cervantes y con dos de sus números confiscados por la censura. En torno a la revista reunió a muchos intelectuales, entre ellos, Francisco García Pavón y Juan Alcaide, además de fotógrafos como Gregorio Muñoz. “Agradezco a la Biblioteca de Autores Manchegos la edición tan cuidada de este libro y también el apoyo de José Luis Loarce que creyó en mi proyecto”. La autora contó la buena relación de Adrados con el poeta Ángel Crespo, “ya que le tenía un gran amor a la poesía”.
Contó los duros episodios de su detención en la postguerra, también su vinculación con Argamasilla de Alba, donde residió y se empeño en divulgar la ruta del Quijote en el IV Centenario del nacimiento de Miguel de Cervantes en el año 1947. Josefina Tafalla reconoció haber obtenido también valiosa información en el libro de Dionisio Cañas, “Tomelloso en la frontera del miedo”. El acto se complementó con un vídeo en el que aparecen curiosas fotografías de Adrados y de numerosos puntos de la provincia, entre ellos Tomelloso. La autora también interactuó con el público que le preguntó sobre diversos aspectos de la vida de Francisco Adrados y de la trayectoria de la propia revista.
Ricardo Ortega elogió el esfuerzo de la autora “reivindicando el gran esfuerzo que supuso hacer esta revista en una época tan complicada” y lamentó que el reconocimiento no lo tuviera en vida. En la misma idea incidió Nazaret Rodrigo asegurando que “Albores tuvo el gran mérito de colocar a la Mancha en el mapa de la cultura”, mientras que Francisco José Barato valoró la “edición de un libro que enseña la historia de una revista que alcanzó mucho prestigio y, por tanto, merece ser contada”.
Fue especialmente emotiva la intervención del periodista, Javier Soto, contando los antecedentes familiares de Adrados al que definió como “una persona culta, inteligente, religiosa y muy trabajadora, que tiene un obituario donde reza que fue maestro de periodistas”. Soto aseguró que “Francisco Adrados se enorgullecía de ser manchego, pero lo que más me impactó fue su silencio, el respeto por las ideas de los otros y la tolerancia que siempre llevó con él. Su generosidad sigue siendo un ejemplo para mí y para toda mi familia”.
