Hasta el próximo 16 de diciembre se puede admirar en La Librería Espacio Cultural una singular exposición de fotografía estenopeica. La muestra recoge trabajos de alumnos de Primero del Ciclo Superior de Fotografía de la Escuela de Arte Antonio López de Tomelloso. Fotografías que enseñan el talento artístico de los estudiantes con un procedimiento alejado de la tecnología, con la luz como único elemento creador en un poético regreso a los orígenes.
Este miércoles se ha inaugurado la muestra en la que, además de admirar las fotografías expuestas, hemos conocido los “artilugios” con los que las han registrado. Participan en la exposición Walter Antony Acaro Calderón, Blanca Dueñas Jiménez, José Fernández-Baillo Porumb, Irina Isabel Migallón Blanch, Paloma Morales González, Lucía Moreno Rojas, Helena Ortiz Flores y Eva Solana Navarro, capitaneados por la profesora Filomena Moreno.
La técnica de la estenopeica “que todo el mundo asocia con los orígenes de la fotografía”, no tiene que ver con esos antecedentes, ya que “desde su nacimiento, en la fotografía se utilizaban lentes”. Así, explica la profesora, la estenopeica “es la formación de la imagen en la cámara oscura, sin lente”.
Se trata, señala Filomena Moreno, de una técnica empleada fundamentalmente en la fotografía artística “imágenes desenfocadas, con poca nitidez y con tiempos de exposición muy largos”. La luz, muy poca, relata la fotógrafa, entra en la cámara a través del agujero practicado con una aguja. Se trata de una técnica que no tiene cabida en la fotografía profesional “pero sí en la artística porque esa falta de nitidez, la borrosidad, los tiempos largos… permiten jugar plásticamente con la imagen”.
Por otro lado, lo interesante “es que cualquier objeto se puede convertir en una cámara oscura. Se trata de aislarlo, que solo entre la luz por el agujero”. Así, se pueden poner “varios estenopes, que son los agujeros; podemos deformar el plano focal o curvar el papel. Cualquier soporte se puede adaptar y se pueden conseguir creaciones muy interesantes”. Nos muestra la profesora cámaras hechas con una caja de caramelos, un cartón de huevos y varios objetos cotidianos más. “Lo maravilloso es que coges una caja, que puede tener la forma que sea y la aíslo y la adapto para que pueda tener papel fotográfico dentro”.
Se ha enseñado la técnica en el primer curso del Ciclo Superior de Fotografía de la EASDAL “por nostalgia hacía lo analógico y también para entender como funciona la cámara. Nos ayuda a entender conceptos como la distancia focal, la luminosidad, el tiempo de exposición. Es una iniciación a la fotografía de forma sencilla”.
De esos trabajos llevados a cabo ha surgido “fotos muy interesantes. Con ellas hemos hecho una exposición y todos los trabajos están a la venta. Hemos querido meter a los alumnos en lo que es el montaje de una muestra y que tomen las decisiones que ello conlleva”.
Los incipientes artistas han calificado la experiencia de “muy complicada, casi nunca había luz”. Aunque a todas les gusta el resultado obtenido. En La Librería enseñan “cosas muy chulas” registradas en el entorno de la Escuela de Arte.