Blas Camacho Zancada, jurista y político de gran prestigio, agradece y mucho, el título de Hijo Predilecto de Tomelloso que ayer le otorgó, por unanimidad, el Pleno del Ayuntamiento. “Este reconocimiento que me hacen en mi pueblo me parece un gesto precioso. Algo agradable y bonito, sobre todo porque me lo conceden personas con distintos pensamientos e ideologías, sin rivalidades, que es lo mejor que le puede pasar a Tomelloso y a cualquier pueblo del mundo: dar voz a todo el mundo, entenderse y tratar de llegar a acuerdos”.
Este gran tomellosero insiste en la importancia del respeto a todas las ideas y a esa capacidad perdida de alcanzar acuerdos entre todos. “No se trata de socialistas, derechistas, comunistas o cualquier otra opción política que pueda haber por ahí. Para que la humanidad progrese es esencial que todos nos entendamos”.
Blas Camacho realiza estas reflexiones añorando, quizá, aquel sano espíritu político de la transición y primeros años de la democracia que le tocó vivir y donde jugó un papel esencial. “Ahora vivimos momentos de mucha tensión, de confrontaciones continuas, de una alarmante falta de respeto hacia las opciones u opiniones contrarias. La política está un poco denostada por esto, pero la política que apuesta por el entendimiento y el diálogo de unos con otros es lo más grande. Si llega un punto en el que una persona no puede decir lo que quiera, estamos construyendo una sociedad viciada”, asegura.
Admira a su Tomelloso natal, el corazón y la entrega de sus gentes, su capacidad de emprendimiento y reinventarse siempre. “Mucha gente me dice que he hecho mucho por mi pueblo, pero yo siempre contesto que podría haber hecho más todavía”. Hablar de su ciudad es hablar también de Ismael de Tomelloso, al que se ha entregado en cuerpo y alma en ese proceso de canonización que está convencido de que llegará a buen puerto. “Ismael de Tomelloso es un ejemplo a seguir. Por decirlo de una manera clara, no hay que ser un meapilas para ser un Santo, se trata de sacrificarse por los demás como hizo él. Una persona que se entendía con todos, un ser maravilloso de los que salen uno cada cien años. Estoy seguro de que entre todos lograremos llevar a Ismael a las alturas porque es un Santo como una catedral de grande”.
Se alegra también que otro ilustre tomellosero como Dionisio Cañas haya sido nombrado hijo Predilecto. Al final de la conversación pronuncia otra frase que le sale desde el corazón. “Comparto este título con todos mis paisanos tomelloseros que se lo merecen más que yo”.
Un curriculum de primer nivel
Licenciado en Derecho por la Universidad de Deusto, en Ciencias Políticas por la Complutense de Madrid y diplomado en Derecho internacional por la de Estrasburgo, Blas Camacho creó Arca Consortium en 1983, una empresa de asesoría y consultoría europea, de la que es presidente.
Durante la Transición, fue miembro del Grupo Tácito y se integró en el Partido Popular fundado en 1976 por José María de Areilza y Pío Cabanillas, que en 1977 se disolvería dentro de la Unión de Centro Democrático. Con esta última formación concurrió en 1977 a las primeras elecciones generales democráticas desde 1936, obteniendo escaño en el Congreso por la circunscripción de Ciudad Real. En esta Legislatura Constituyente, fue miembro de la Diputación Permanente, participó activamente en el proyecto de ley del impuesto de sociedades (1978), en los debates del pleno del Congreso sobre la ponencia constitucional, en concreto en la defensa, frente a Federico Silva Muñoz (Alianza Popular), de la redacción consensuada en la ponencia del artículo 25 de la Constitución (libertad de enseñanza) y destacó en la oposición a las proposiciones de ley del Grupo Socialista en materia de educación (autonomía universitaria, acceso a la docencia y otras).
También fue subsecretario de Mercado Interior del Ministerio de Comercio y Turismo con Luis Gamir. Renovó mandato en el Congreso en las elecciones de 1979, donde formó parte de la Asamblea de Parlamentarios que redactaron el proyecto de Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha y participó en todos los proyectos de ley de presupuestos.
Con la crisis de UCD no resultó elegido en las generales de 1982. Después, se integró en la Alianza Popular de Manuel Fraga (más tarde, Partido Popular), concurriendo con éxito a las elecciones generales de 1986 y 1989, volviendo a obtener escaño en el Congreso por la misma circunscripción. En esta etapa centró sus trabajos parlamentarios sobre la Comunidad Económica Europea. Fue ponente por el grupo popular en los proyectos de ley de competencia desleal, agrupaciones de interés turístico y normativa sobre el sector petrolero, y fue vicepresidente segundo de la comisión de Industria, Obras Públicas y Servicios.