El negocio es novedoso y Raquel confía que el público responda. Una decoración minimalista, la combinación del blanco y el verde en sus paredes y la modernidad de los muebles han propiciado un magnífico acabado del local, donde se respira un ambiente muy agradable.
“Pude conocer este negocio cuando lo utilizó gente de mi familia y vi que por ahí se podría emprender un proyecto interesante, con muchas posibilidades de funcionar, porque es algo bastante novedoso, -explica Raquel de la Osa-. Desde la apertura han llegado las primeras clientas, “pero el centro está enfocado también a los hombres y a personas de cualquier edad”.
El centro abre sus puertas de 9 a 13 horas por las mañanas y de 4 a 8 de la tarde. La impulsora del negocio explica que el centro “ofrece un circuito de seis camillas de gimnasia pasiva. Cada una de ellas trabaja un grupo de músculos distintos durante un periodo de 7 minutos hasta completar una sesión que dura unos 50 minutos. Son ejercicios que exigen poco esfuerzo y que no provocan fatiga muscular. Los ejercicios tonifican los músculos y se reafirman gracias a los ejercicios isométricos”.
Mientras paseamos por las instalaciones, Raquel de la Osa aporta más detalles de los beneficios que reportará a sus usuarios este centro de gimnasia pasiva. “Las camillas alivian dolencias como la artritis, el estrés, la fibromialgia, la hinchazón de piernas o las varices. Esto es posible gracias al valor terapéutico de unas camillas que activan la circulación sanguínea, incrementan la agilidad y aumentan la flexibilidad de las articulaciones”.
Y más específicamente enfocado a las mujeres el centro “ayuda a perder volumen, mantener la espalda equilibrada, evita el aumento de volumen en la menopausia, moldea la figura y reduce la celulitis”, señala Raquel al mismo tiempo que nos muestra todos los rincones del centro.
La sesión única cuesta 3,50 euros, mientras que la tarifa mensual tiene un precio de 35 euros por persona, con una frecuencia de tres veces a la semana. También se ofrece una promoción especial para matrimonios que cuesta 60 euros al mes. “Acabamos de empezar y todavía no es mucha la gente que ha venido, pero los que han realizado el circuito han confesado sentirse muy a gusto. Hay gente que realiza el circuito en silencio, en cambio hay gente que prefiere conversar. Pronto contaremos también con música con el fin de generar un ambiente tranquilo y agradable, donde la gente se sienta cómoda y a gusto”.
La gente busca sentirse bien consigo misma y para ello es esencial cuidar nuestro cuerpo. Raquel tiene claro que la gimnasia pasiva es una alternativa muy interesante a la de los gimnasios de toda la vida. “Esperamos que todo vaya bien. Llevaba mucho tiempo sopesando la posibilidad de montar algo y este centro me parece un salida muy interesante. Si nos va bien, creo que daremos un buen servicio a la gente de Tomelloso”, -concluye-.
