La presidenta de Cáritas Interparroquial de Tomelloso, Teresa Requena, y el cura consiliario de la organización, Antonio López, han realizado balance de la actividad realizada por la organización en el pasado 2020. El año fue especialmente duro por la pandemia y Cáritas prácticamente tuvo que duplicar ayudas pasando de los 88.000 euros empleados en el 2019 a los 157.000 euros del 2020, un 85 por ciento más.
“Subieron las necesidades pero, afortunadamente, también aumentó la generosidad y solidaridad de la gente”, ha dicho Antonio López que ha destacado el considerable aumento de lo recaudado en las colectas de las misaa, a pesar de que los templos estuvieron cerrados varios meses, y que ascendió a 37.000 euros. Asimismo, ha detallado lo aportado por la Diócesis, 43.000 euros, además de los 72.000 euros recogidos en donativos y los 5.000 euros que aportaron los colegios e institutos.
“Hemos trabajado lo inimaginable en un año muy duro”, ha señalado Teresa Requena que ha ofrecido datos de participación en los talleres realizados; Textil, 19 personas; Educativo, 11; Hospital de juguetes, 4; Enseñanza Secundaria Obligatoria, 7 personas; Empleada doméstica, 8 y Charlas educativas de autoayuda que se dirigieron a 8 personas.
Requena también se ha referido a un taller de Alfabetización y Convivencia impartido a 20 personas que han podido mejorar su comunicación oral y escrita. Este taller fue financiado por la Junta de Castilla-La Mancha y se pudo desarrollar en coordinación con el Equipo Técnico de Inclusión de los Servicios Sociales.
Importante fue también el de Mujer y Participación dirigido a un grupo de mujeres en situación de exclusión, “con las que Cáritas ha intentado ser un puente hacia la sociedad y otros recursos. En la actualidad dos de ellas están en talleres pre-laborales y cuatro en el taller de orientación”, ha explicado Requena.
La presidenta de Cáritas se ha detenido en las acciones realizadas con 308 temporeros, 175 de ellos sin papeles y con buena parte de ellos en infraviviendas y con 18 personas sin hogar. “Los temporeros que acuden en verano a la ciudad, residen en infraviviendas y son víctimas de un sistema de intermediarios laborales que les cobran por los desplazamientos y por conseguirles un trabajo. De no haber una respuesta organizada, es un terreno abonado para mafías y para que se siga perpetuando esta injusticia”, ha indicado.
Aspecto esencial de la labor de Cáritas es la acogida a familias con atención a 570 personas, “realizada a través de ayuda en especie de la despensa. Atendíamos unas 60-70 por semana. También dimos ayudas económicas a personas que carecían de cuentas bancarias. Tenemos ue resaltar la exclusión financiera a la que se ven sometidas los inmigrantes en situación irregular, con grandes dificultades para la obtención de una cuenta bancaria”, ha lamentado.
Nuevos pérfiles
Por otro lado, en Cáritas se ha observado un ascenso de inmigrantes que se habían asentado en la localidad y que podían vivir de sus propias economías, “pero que han caído con la crisis del covid-19”. Asimismo, se ha producido un repunte de las solicitudes de ayudas de mujeres en contexto de prostitución, “que se han visto muy afectadas por la crisis”, además de otras personas que trabajaban en hostelería o que se dedicaban a la venta ambulante. “Especialmente significativo ha sido el aumento de la población solicitante de protección internacional y de personas en situación irregular, provenientes sobre todo de Latinoamérica».
Como retos de futuro que deberá afrontar Cáritas, Antonio López ha considerado esencial fortalecer la acogida “porque este 2021 tampoco será sencillo”; así como facilitar el arraigo de las personas migrantes a través del acceso al empadronamiento, la tarjeta sanitaria y la inmersión lingüística. También ha considerado prioritario resolver la situación de un nuevo perfil de migrantes más jóvenes, con preparación y estudios, que no encuentran trabajo “y que pueden acabar francamente mal si no se les ayuda”.