La artista intenta visibilizar este problema terrible a través de la ilustración, plasmando emociones y sensaciones de víctimas de maltrato. Estas siete obras recogen escenas, consecuencias, sensaciones y emociones que sufren las víctimas de maltrato machista: chantaje, aislamiento, abuso, despersonalización… con la intención de visibilizar y dar forma de una vez por todas a una realidad que, a pesar de estar tan presente en nuestro día a día, a menudo es ocultada, obviada, ridiculizada y olvidada.
Celia Leo, en el texto que acompaña a la exposición explica: «Eva. Reducida a costilla. Creada para el placer y la necesidad de Adán, su compañero. Castigada y condenada al más terrible de los destinos. Sometida por los siglos de los siglos. Amén no, silencio absoluto.
Ahí empezó todo. Y no ha terminado. La violencia machista ha ido siendo encubierta a lo largo de los siglos de una forma directamente proporcional al estruendoso crecimiento del patriarcado en la sociedad.
Lo que Eva se calló.
Lo que Eva nunca dijo.
Habla Eva.
Grita, Eva.
Y todas somos ella».
