La alcaldesa, Inmaculada Jiménez, ha presidido el acto acompañada de los concejales de su grupo; Iván Rodrigo, Fran Barato, Montse Moreno e Isi Serna; además del portavoz del PP, Javier Navarro; el edil popular, Carlos Herrera y el de Ciudadanos, Miguel Benito. El numeroso público ha llenado los bancos del Salón de Plenos, con mayoría de maestros y también alumnos, familiares y amigos de los cuatro homenajeados, que como ha manifestado la alcaldesa “han sido y son cuatro vidas entregadas a la noble tarea de enseñar”. A las bellas intervenciones de padrinos y maestros homenajeados se ha sumado la exqusita música que han puesto Luis Osuna (violonchelo), Marieli Blanco (piano) y José Manuel Osuna (saxofón)
Francisco Navarro y Javier Grueso ha apadrinado a Luis Ballesteros. “Llegó al José Antonio para poner color en nuestras vidas en una época en la que predominaba el gris, -ha señalado el que fuera su alumno y ahora periodista-. Animó aquellos años de olor a goma Milán y a estufa de gasoil. A los más grandotes, a los de séptimo y octavo nos trataba como a adultos. Era algo que te dejaba desarmado por novedoso”. Al que ha definido como “maestro, por encima de todo”, Navarro ha agradecido lo mucho que hizo por él, sus compañeros y la ciudad entera. “Nos formaste como personas, nos transmitiste la capacidad de raciocinio, nos asomaste a la incipiente democracia de entonces, nos enseñaste a dudar de casi todo y nos inculcaste que hay que ser críticos con todo. Es por ello que los que tuvimos la suerte de ser tus primeros alumnos te consideramos uno de los nuestros”.
Montse Moreno le ha hecho entrega del obsequio de recuerdo del acto en medio de una gran ovación y mucha emoción entre los asistentes. Ballesteros ha recordado con especial cariño sus primeros años “en los que vivimos con intensidad el cambio de la dictadura a la democracia” y también los últimos, “porque haces como una recapitulación y ves como ha ido cambiando todo”.
El que ha sido maestro en el Virgen de las Viñas, Clemente Fernández, ha tenido como fondo musical el Adagio de Albinoni. Sus madrinas, Lorena y Belén, han ensalzado la figura profesional y humana, de un profesor que ha dejado huella entre muchos alumnos del colegio. Por su parte, Inmaculada Jiménez ha elogiado la capacidad de trabajo y puntualidad de un maestro que “ha sido también un gran amante del orden”.
Así ha llegado el turno de Jesús García-Chicote que ha tenido como padrino a José Manuel Ruiz Gutierrez. “Los maestros son para siempre, tú no te puedes jubilar Jesús”, -le ha dicho-. No te has ido de nuestro instituto ni de nuestro corazón”. A Ruiz hay algo de Jesús García-Chicote que siempre le ha llamado profundamente la atención, “utiliza la poesía para su práctica docente, algo increíble y maravilloso”. Del maestro que llegó a Tomelloso procedente de Pedro Muñoz ha destacado su vocación, su capacidad para empatizar con los alumnos, su espíritu crítico y tolerante, su capacidad para comunicar y cierta vena “transgresora” que le hizo no seguir al dedillo las pautas del BOE, para saber dar la educación más adecuada a la persona que tenía enfrente. Pero al padrino compañero se han sumado también dos ex alumnos, Pilar y Álvaro que han elogiado la figura de Jesús. “Hemos tenido mucha suerte de tenerle como profesor”. A duras penas, embargado por una emoción que le dificultaba leer su discurso, sobre todo cuando ha nombrado a las nietas que cada mañana lleva al cole, García-Chicote ha expresado su vocación de maestro, ha criticado leyes que no le han parecido beneficiosas y ha elogiado una educación que “siempre tiene que ser integradora, al margen de la capacidad económica, procedencia o capacidades intelectuales que puedan tener los alumnos. Para mí ser maestro ha sido una gran empresa de la que me siento orgulloso”.
Miguel Ángel Aguado, padrino de Ramón González, ha destacado su “sabiduría, cariño, paciencia y dedicación”. El director del Colegio de Maternidad ha asegurado que Ramón “dejará un hueco difícil de llenar. Te recordaremos mucho tiempo como un maestro que crea hábitos saludables, forma conciencias, fortalece la personalidad de sus alumnos, en definitiva, alguien que crea ciudadanos útiles”. Aguado ha leído un fragmento de la novela “La hidalga” de la que precisamente es autor Ramón González. Éste ha asegurado que “la mejor apuesta por la igualdad es siempre el hecho educativo, el principio que hace avanzar la sociedad y que ofrece las mismas oportunidades para alcanzar los éxitos”.
Ramón González ha confesado que fue maestro gracias “al apoyo incondicional” de su familia, y ha agradecido el respeto de los padres y de los alumnos que ha tenido en la amplia orquilla de edad que va de los 13 a los 53 años “ellos siempre me obligaron a hacer las cosas mejor”. Y no se ha olvidado de sus compañeros, recordando especialmente a cuatro directores; Bernabé, José Antonio Torres, Pedro Lara y Miguel Ángel Aguado. Las palabras más emotivas han sido para su mujer, Mercedes, “que sacrificó muchas tardes para enseñarme a mí el francés que luego tenía que enseñar yo a los alumnos”.
Inmaculada Jiménez ha cerrado el acto y ha agradecido a los cuatro maestros su excepcional trabajo. “Habéis contribuido a hacer una sociedad mucho mejor, ciudadanos libres y tolerantes. Tomelloso no se entendería sin el trabajo de sus maestros”. Curiosamente, tres de los cuatro homenajeados han sido concejales del Ayuntamiento en partidos diferentes, algo que ha llevado a la alcaldesa a destacar también su vocación política. Aunque ha dirigido bonitas palabras a los cuatro, se ha detenido algo más en Jesús García-Chicote al que tuvo de profesor. “Recuerdo sus clases de sociales, las competiciones deportivas a la que nos llevaba, la ilusión con la que preparaba el carnaval, el periódico El Topetazo, Jesús era un maestro que hacía de todo”.
Entre recuerdos, aplausos y emociones han ido sonando temas como el “My way” de Frank Sinatra, el “Down by the river” de Neil Young o el “Gracias a la vida” de Violeta Parra, que han cargado la atmósfera del acto aún de mayor emoción. No era para menos. Los maestros homenajeados han sido, como señalara el gran Dickens al que ha citado mi compañero, Francisco Navarro, “el mejor de los tiempos”.