Convocadas por el colectivo feminista “Las Terreras” de Tomelloso, una veintena de personas —mujeres en su mayoría— se han concentrado a las 8 de la tarde en la plaza de España de Tomelloso para expresar su indignación por los últimos asesinatos machistas. A pesar del coincidir la convocatoria con el partido de la selección española en la Eurocopa, no han querido dejar de mostrar su repulsa por las seis víctimas en menos de 24 horas. Durante el acto se ha leído un manifiesto y se ha guardado un minuto de silencio.
En el manifiesto se ha señalado que “los asesinatos machistas no paran de crecer”, con seis víctimas, cuatro mujeres y dos niños, en menos de 24 horas, El más cruel de todos el de Las Pedroñeras; Ammal y sus dos hijos fueron asesinados por el hombre en el que estaba en trámites de separación y contaba, además con una orden de alejamiento. “¿Por qué el sistema no para de fallar en los casos de violencia machista?”.
“Y sí, decimos machista por que se ejerce continuamente contra la mujer”, ha seguido el comunicado, “aunque haya quienes pongan el foco en la nacionalidad del asesino para aumentar los discursos de odio y xenofobia”. Son 50 los feminicidios que llevamos en 2024 “y tiene en común que han sido ejercidos por hombres. “El machismo no entiende de raza, religión, cultura o edad. Solo entiende de posesión, de rabia, de odio, de sometimiento y de superioridad siempre del hombre sobre la mujer”.
“No podemos quedarnos calladas y mirar hacía otro lado ante tanta tragedia”, ha continuado el comunicado “por mucho que las instituciones estén ausentes y lejos de ayudar a la ciudadanía se rige por el negacionismo. Ya sea recortando presupuestos, cerrando centros de protección o no dando formación al personal”. Y es que, “la mayoría de mujeres víctimas no denuncian, por miedo, por falta de recursos, por vergüenza, por sus hijos o por dependencia económica”.
“Estamos aquí porque se nos mueve y se nos muere algo por dentro con cada víctima. Si callamos las sentenciamos al olvido y sus muertes no pueden ser en vano. No podemos acostumbrarnos a este tipo de violencia”, seguía el documento leído. “Estamos aquí porque nos queremos vivas, libres y sin miedo, porque somos la mitad. Es una cuestión de justicia social, nos merecemos, nada más y nada menos, que la igualdad”.