“Enfoque integral de la enfermedad del parkinson” ha sido el título de la mesa redonda que ha tenido lugar esta tarde en el Centro de Servicios Sociales coincidiendo con el Día Mundial del Parkinson. Los asistentes han obtenido valiosa información sobre una enfermedad que en España afecta a 160.000 personas, de las cuales 7.500 son de Castilla-La Mancha. En la mesa han estado presentes: Gema Gil Charco, trabajadora social, presidenta de la Asociación de Parkinson de Tomelloso y directora del Centro de Día “San Rafael; Pilar Olmedo Díaz, logopeda de la Clínica Logos; Eduardo Cuartero, fisioterapeuta y Elena Benito Lara, neuropsicóloga en la residencia “Virgen de Peñarroya” de Argamasilla de Alba. Los cuatro han realizado interesantes aportaciones gracias a sus conocimientos y experiencia profesional.
“Conocer la enfermedad es el primer paso para combatirla”. Gema Gil ha recalcado el lema elegido por la Federación Española para su campaña. “Conocer la enfermedad es el primer paso para combatirla”. Gil ha recordado que el parkinson es una enfermedad degenerativa que afecta al sistema nervioso central. “El síntoma más conocido es el temblor, pero existen otros muchos más que son, incluso, más dañinos como el sueño, la depresión, los fallos cognitivos….”. Después del alzheimer es la segunda enfermedad en cuanto prevalencia. “En el mundo se estima que hay 7 millones de personas afectadas, 160.000 en España y 7.500 en Castilla-La Mancha. Pero lo más escalofriante es el dato de que en el 2040 los afectados serán unos doce millones de personas”.
Gil ha reivindicado un mayor compromiso con la investigación y un abordaje integral del parkinson “en el que tiene gran importancia el diagnóstico precoz para combatir la enfermedad desde los primeros síntomas”. Al mismo tiempo ha reclamado “un mayor compromiso con la investigación y un abordaje integral por equipos multidisciplinares que contemple un tratamiento farmacológico, clínico, quirúrgico y rehabilitador, este último no se contempla en la Seguridad Social”.
“Podemos frenar los efectos de la enfermedad”. La logopeda, Pilar Olmedo, ha ofrecido un completo análisis de cómo afecta el parkinson a todo lo relacionado con el habla y el lenguaje. “Que sea una enfermedad degenerativa, no quiere decir que no podamos frenar sus efectos”. Así, Olmedo se ha referido a ejercicios de la musculatura de la boca y lengua “que ayudan mucho”, destacando la importancia de una buena respiración “para conseguir un habla más relajada” o de las entonaciones “para que la persona no sea monótona a la hora de expresarse”. La logopeda no ha pasado por alto la importancia de la deglución que permita a las personas afectadas “tragar bien y comer con seguridad. Todo esto lo podemos trabajar con ejercicios”.
“Aceptar y afrontar la enfermedad”. La psicóloga, Elena Benito, se ha referido al proceso de tristeza en el que se sume la persona a la que le diagnostican la enfermedad. “En la mayoría de los casos cuesta aceptarlo, se piden segundas opiniones, pero a la larga hay que aceptar y afrontar la enfermedad”. Desde su ámbito, Benito ha apostado por una estrategia que incluya una intervención individual, el contacto con la familia del afectado y el apoyo de un grupo con otros afectados, “que nos contarán su experiencia y desarrollar unas habilidades sociales que vendrán bien”. Elena ha emitido interesantes recomendaciones: entender lo que nos está pasando, conocer el tratamiento, autocuidarse, realizar ejercicio físico, reconocer y aceptar emociones y cuidar las relaciones familiares y sociales”.
Los síntomas motores. Finalmente, el fisioterapeuta, Eduardo Cuartero, se ha referido a los síntomas motores de la enfermedad. “El temblor de reposo es el más conocido, pero hay más; rigidez, bradicinesia y pérdida de automatismos”. Cuartero ha explicado la evolución de la postura del cuerpo que tiende a inclinarse hacia delante, fruto del desequilibrio entre los músculos flexores y extensores, así como a la sensación de fatiga por la compresión de la caja torácica. El fisioterapeuta ha indicado numerosos ejercicios para corregir la postura y ha dado gran importancia a la actitud comprensiva que deben tener las personas cercanas a un enfermo de parkinson. “No podemos pretender que ejecuten los movimientos con rapidez, sino darles órdenes precisas y sencillas que no les generen sensación de agobio”.
