La cata ha contado con la presencia de la concejala de Promoción Económica, Rocío Valentín; que ha agradecido al Consejor Regulador su implicación en el acto. También han estado presentes el concejal de Festejos, Manuel Marquina y la concejala del Grupo Socialista, Patricia Perona.
Las cincuenta personas que han asistido, otra vez se han cubierto todas las plazas, han disfrutado con las explicaciones de los ponentes, desde ese prisma distendido y cercano lejos de la excesiva erudicción que, a veces, aparece en el mundo del vino. “Esto no es una cata técnica”, han avisado Jesús y Juanjo, pero no por ello ha sido menos interesante lo aportado por este singular dúo.
Se han catado los vinos que se pueder beber en una comida o cena navideña: un rosado, un tinto joven, un crianza y un gran reserva. Vinos muy diferentes que han permitido a los asistentes llevarse una buena idea de conjunto. Primero se ha probado un rosado en rama, recién elaborado por la cooperativa San José. Después se ha servido un tinto joven. El tercer vino que se ha catado ha sido un crianza tempranillo de la cooperativa Virgen de las Viñas y se ha finalizado con un Allozo Gran Reserva de Bodegas Centro Españolas.
Además de seguir el ritual que marca la cata para analizar el color, olor y sabor del cada vino. Arenas y Mazuecos han ido aportando datos sobre maridaje, la importancia del servicio en su tiempo y temperatura, los matices del color, la intensidad del olor o las sensaciones en boca, los recuerdos a frutas, la temperatura o los aromas terciarios que aporta la madera en los vinos de crianza.
“Los vinos de la Mancha tienen color y estructura”, ha asegurado Juanjo Mazuecos que también ha ofrecido datos de la Denominación de Origen en su conjunto y las características de unos vinos “a los que el sol de nuestra tierra les hace ser mucho mejores que los de otras zonas”. Así se ha ido desarrollando una cata que ha tenido un carácter benéfico a favor de la asociación “Pasito a pasito”.