Después de unos días de frenética actividad, hoy se respira un ambiente de tranquilidad en Flormancha, la conocida empresa de Tomelloso que acaba de cumplir 25 años y que sigue prestando un excelente servicio a floristerías de todos los puntos de la región. Hoy hemos visitado sus modernas instalaciones de la calle Nueva. “La campaña de los Santos implica mucho esfuerzo, -explica uno de los cinco socios de la empresa, Alfonso López Oliva-. En pocos días hay que llegar a muchos lugares y eso supone muchas horas de trabajo, De hecho hemos tenido que contratar cuatro personas más y alquilar un vehículo más para poder satisfacer las demandas de los clientes”.
Alfonso López asegura que “la campaña ha estado muy influida por la meteorología. El día 1 hizo buen tiempo, pero no fue así el 30 y el 31, lo que ha retraído algo el consumo, porque con mal tiempo la gente sale menos de compras. Las circunstancias vinieron mejor para esos puestos que se colocan a la entrada del cementerio que lo vendieron prácticamente todo”. Pero por encima de esta circunstancia coyuntural, López habla de cambios mucho más profundos que, sin duda, están afectando al negocio. “Nuestros abuelos, nuestros padres tenían muy arraigada esa costumbre de llevar flores a sus difuntos, pero la gente más joven dudo mucho que mantengan esa tradición. Es un cambio cultural que no tiene nada que ver con la crisis”.
Igualmente, Alfonso López alude a otro factor que también está afectando al sector floristero, y que son las incineraciones. “Hace diez años podrían suponer un 1 por ciento y ahora pueden estar en torno al diez por ciento. En un columbario de urnas se reduce mucho el espacio y no se pueden poner tantas flores, una como mucho”.
Pero aún con estos inconvenientes, Flormancha sigue adelante y cumpliendo meticulosamente los encargos de sus clientes que confían plenamente en esta empresa mayorista que les sirve las flores. “Llegamos a todos los puntos de la región. Los vértices de nuestro mercado están en Puertollano, la zona toledana de La Sagra, Cuenca y Villarrobledo. En la provincia de Albacete, a medida que te acercas a la capital es más complicado porque son las empresas de Albacete las que sirven a esos pueblos”. La competencia, inevitable, en cualquier sector, aparece también aquí. “En Mota del Cuervo también hay un almacén mayorista importante”, -apostilla López.
Hablando ya de lo que es el ciclo de todo un año para Flormancha, uno de sus propietarios explica que “la Navidad no es una época de actividad fuerte. Años atrás en los Reyes salía producto, pero ahora no. San Valentín también es un momento importante para nosotros, pero se ha quedado en un treinta por ciento de lo que podía ser hace quince años. Depende mucho más de si cae o no en fin de semana. Cuando es un día laboral se celebra menos. Luego llega el Día del Padre que generalmente se enfoca al padre que ya no está, mientras que el Día de la Madre se dedica más a la madre que está viva”.
No cree Alfonso López que haya un determinado tipo de flor que encaje mejor que otra para el Día de los Santos y lo demuestra haciendo que le acompañemos a una de las cámaras donde guardan y conservan el género. “No hay flores de muerto, la variedad es infinita y los gustos también. Claveles, magnolias, rosas, gladiolos, margaritas…y luego las variedades en verde como palmeras, arabia, aspidistras. Gran parte del género lo importamos de Holanda, aunque en algunas zonas de España como Galicia empiezan a proliferar también criadores. En cualquier caso, la calidad de los holandeses se nota en muchas cosas, por ejemplo en la duración. Y esa calidad, lógicamente, tiene un precio mayor”.
Salimos de la cámara donde empezamos a notar la baja temperatura y regresamos a la oficina para terminar la entrevista. Le pedimos a Alfonso que eche una mirada atrás para hacer balance de este primer cuarto de siglo de Flormancha. “Después de todo lo que hemos pasado, es una suerte seguir adelante con el negocio,-señala-. Poco a poco hemos ido modernizando las instalaciones, haciendo inversiones que nos han permitido trabajar de una manera mucho más cómoda. Los tres trabajadores que tenemos llevan con nosotros más de veinte años”.
Los Santos han pasado y ahora llega un periodo más tranquilo para Flormancha, aunque sus cinco vehículos seguirán surcando las carreteras de la región llevando esas flores que tantas emociones provocarán en sus destinatarios. Como dice Alfonso, “esperamos cumplir otros 25 años, por lo menos”.
