A pocas horas para que arranquen los carnavales, los miembros de Harúspices se afanan en los últimos trabajos para dar forma a unas carrozas que están casi terminadas. En una nave próxima a la carretera nacional de Toledo – Albacete, el ambiente desprende un fuerte a olor a pintura, se oye el agudo sonido de una radial, un técnico mete decibelios al equipo de sonido y hay quien va alimentando de maderas a una estufa que proporciona un agradable calor en esta noche de febrero que no es demasiado fría. Los miembros de la peña van llegando de sus trabajos, se enfundan unos monos de color burdeos y se incorporan sin pereza a unos quehaceres que se prolongarán hasta más allá de la medianoche. Sacrificio evidente que ellos afrontan con ilusión, mucho más el de este año que el carnaval guarda una distancia de dos años con el anterior.
A un kilómetro y medio de allí, otros Harúspices ensayan sus coreografías en el patio del Centro de Asociaciones. Lo van haciendo por grupos en un horario escalonado que les llevará a mover el cuerpo hasta altas horas. Sergio y Amparo dirigen los ensayos de unos bailes cada vez más afinados ejecutados por un alegre grupo multigeneracional que se entrega con pasión a la tarea.
El presidente de Harúspices, Rafa Millán, atiende con la amabilidad y cercanía a unos periodistas que conoce desde hace tiempo. Empieza contando el itinerario carnavalero de la peña que, a diferencia de otros años, no comenzará el sábado sino el domingo ya que algunos Ayuntamientos han suspendido los desfiles. “Arrancaremos el domingo por la mañana en Villarrubia los Ojos y por la tarde estaremos en Villafranca. El lunes saldremos en el siempre esperado desfile de Tomelloso ante nuestros paisanos, el martes vamos al Ofertorio de Herencia y en el fin de semana siguiente haremos dos dobletes: el sábado estaremos por la mañana en Moral de Calatrava y por la tarde en Bolaños y pondremos broche en el desfile del domingo de Piñata en Ciudad Real y por la tarde acabaremos en Miguelturra”.
Ocho desfiles en los que pasearán un tema al que han denominado “Estámpida” y que según explica Millán “viene a representar un movimiento alterado de animales. Todos los peñistas seremos animales y eso resulta arriesgado, pero creo que la peña mantiene su línea de combinar temas tradicionales con otros en los que arriesgamos algo más. Pero siempre con ese toque tan nuestro en el que buscamos sorprender al público. De hecho este año, vamos a ofrecer alguna sorpresa importante con la iluminación”.
En Harúspices se consideran afortunados de poder mantener la misma gente en estos tiempos de postpandemia. “Mantenemos el bloque de 150 personas y lamentablemente hemos tenido pérdidas importantes como la de Miguel Ángel que era uno de los fundadores de la peña y ha sido la persona que nos ha ayudado, nos ha enseñado y nos ha unido a todos. La verdad es que lo vamos a echar mucho de menos, aunque afortunadamente tenemos a su hijo y, en cierto modo, Miguel Ángel sigue estando con nosotros”.
Un carnaval especial
Reconoce Rafa Millán que este carnaval ofrece un tamiz especial al no poder celebrarse el del año pasado. “Es cierto. Hemos empezado más tarde, porque en septiembre nadie se atrevía todavía a mover todo esto y empezar a arriesgar dinero. Por fortuna la situación mejoró y empezamos a trabajar con mucha ilusión y ganas después de la Navidad. Nadie falta a los ensayos y los carroceros están deseando salir de sus trabajo para venir aquí”. En relación con esto, el presidente de Harúspices destaca la entrega y pasión de los componentes de la peña. “A todos los que estamos aquí nos encanta el carnaval, nos gusta lo que hacemos y cuando por fin salimos a la calle, cada uno se siente orgulloso del granito de arena que ha aportado para que la representación luzca en todo su esplendor. Llevaremos tres carrozas de grandes dimensiones y otra más pequeñita que nos obliga a desplegar dos góndolas, un camión, cuatro autobuses…es como mover una feria casi”.
Rafa Millán destaca la innovación y nuevas tecnologías que también han llegado al carnaval como la impresión en 3D. “Es un campo que ofrece múltiples posibilidades, aunque es algo cara. Algunos de los elementos que llevamos son con esta tecnología que, insisto, se le puede sacar mucho partido”.
Siguen los trabajos en la nave y llega Alba Ramírez, concejala y componente de esta peña que se enfunda un mono y da los últimos toques de pintura a una carroza. Le gasta alguna broma el presidente que en la entrevista aborda el dilema que se ha planteado sobre desfilar con o sin mascarilla. “No he entrado mucho en esta polémica, aunque no creo que sea lógico bailar con mascarilla y nos hemos unido al planteamiento de otras peñas de la provincia para proponer que se baile sin mascarilla. Al fin y al cabo, lo que vamos haciendo es un deporte intenso de tres o cuatro horas y la mascarilla perjudicaría más que beneficiaría”.
A diferencia de otras peñas, en Harúspices no se plantearon repetir temas anteriores por la premura del tiempo. “El encanto está en arriesgar, en ofrecer cosas nuevas y reinventarte. Si no puedes salir con un presupuesto alto, sales con uno más bajo, pero lo de repetir no me gusta. Nosotros nos hemos podido reflotar gracias a la subvención del Ayuntamiento. Aunque buscamos divertirnos, también estamos obligados a conseguir premios, un poco como esos equipos de fútbol que necesitan estar en Champions para poder cubrir su presupuesto”, señala.
Una cuidada coreografía
Sello distintivo de Harúspices son las coreografías, un aspecto que la peña cuida al máximo. “El nivel ha subido muchísimo en todas las peñas, pero nosotros llevamos ya más de veinte años con esa identidad. El baile es clave en una peña de carnaval y Amparo, mi mujer y Sergio están realizando un gran trabajo”.
Precisamente los periodistas nos trasladamos al Centro de Asociaciones para ver cómo se desarrollan los ensayos. Sergio, que suda por todos sus puros, hace un alto en su frenética actividad para explicar que “llevamos ya mes y medio que nos hemos parado ni un día, fines de semana incluidos. Son dos horas y media cada día en la que la gente se emplea a fondo porque todo el mundo es consciente de que hay mucho nivel y nuestra peña no puede decepcionar”. Sergio cuenta que ensaya con seis grupos diferentes que trabajan en cuatro coreografías. Cada grupo lleva su propia temática e historia.
Sergio y Ámparo se han visto numerosos documentales de la 2. “Esto es una estampida de animales y nos hemos tenido que documentar para ver cómo se mueve cada animal y expresarlo en los bailes. Ha sido un trabajo duro, pero estamos deseando salir a la calle, olvidar los tiempos tan duros que hemos vivido, disfrutar y hacer que la gente disfrute”.
La noche avanza y los rigores de la helada empiezan a aparecer bajo el cielo raso. Pero nada detiene a estos entusiastas y bravos Harúspices que ya tienen más que controlados sus movimientos. Cuando acaba cada tema, irrumpen en un gran aplauso al que nos sumamos también los periodistas porque lo hacen de maravilla.