A partir de las doce y media, conducidos por sus dueños, los animales pasaron de delante de la ermita del barbado santo, mientras que el párroco de la Asunción Matías Rubio, acetre e hispo en mano, los bendecía y aspergía sobre ellos agua bendita. Ha habido perros, gatos, pájaros de distintas especies, caballos, un ciervo, conejos, tortugas, y hasta algún pez.
Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.