Pan Pa’ Hoy puso este sábado en escena “Cinco horas con Mario”, la celebre dramatización de la novela de Delibes. Las palabras que Carmen Sotillo dirige a su marido Mario, de cuerpo presente, ha sido la —acertada— participación de la compañía en la XXXII Muestra Local de Teatro José María Arcos. Una colosal Carmen Pitu López se crece en el escenario del Marcelo Grande interpretando uno de los monólogos más conmovedores del teatro español. El público, en pie, premió a la actriz (a la compañía) con una gran ovación.
Han pasado cerca de sesenta años desde que Miguel Delibes publicase “Cinco horas con Mario” y casi medio siglo desde que Lola Herrera se metiese en la piel de Menchu Sotillo. La función refleja una época reciente de nuestra historia, muestra como era la condición femenina no hace tanto. A los más jóvenes puede que les chirríen determinadas situaciones y expresiones, pero estaban en la vida de entonces.
Este sábado, Pan Pa’ Hoy, Pitu López, rendía un respetuoso homenaje a Lola Herrera y al montaje de Josefina Molina. No solo con referencias escénicas, la función comienza con una grabación en la que aparece la voz de la actriz vallisoletana. Registró buena entrada el Marcelo Grande en la segunda función de la Muestra Local de Teatro (la 32). Disfrutamos, como digo, del buen hacer de Pitu, que se metió, y cómo, en la piel de la protagonista.
Estamos en marzo de 1966 y Carmen Sotillo acaba de perder a su marido de forma inesperada. Una vez que las visitas se han ido —hace nada los difuntos se velaban en casa— Menchu se queda sola con el cadáver de su marido. La viuda inicia un diálogo con el finado, en el que van apareciendo reproches, conflictos matrimoniales, frustraciones…
Pitu (Menchu Sotillo) contenida, sobria, incluso con un acento que parece de Valladolid, va desgranado un sinfín de juicios, reiterando tópicos, y lo hace de una forma minuciosa, machacona. La actriz llena el escenario, se mueve acompasadamente, cambia de registro igual que se pone y se quita el chal con el que se abriga. Sube y baja el tono, templa, grita, susurra, se para, arranca, trivializa, dramatiza… Se ha hecho con el público desde la primera escena, en el teatro hay un silencio reverencial (solo interrumpido por las recurrentes toses). Ese respetuoso silencio es una señal inequívoca de que el respetable no quería perderse ni una coma de la función. Enseña Pitu sus dotes escénicas sin cicatería, sin reservas.
La hora y media que dura la función se nos ha pasado volando. Pitu y Delibes nos han llevado a una época que conoció el periodista. “Cinco horas con Mario” repasa las preocupaciones económicas, políticas, sociales, religiosas, sexuales y morales de los años 60 y 70. Y Carmen Pitu López, una gran actriz, nos hizo pasar una gran tarde. El público, en pie, dedicó una sonora ovación a Pan Pa’ Hoy. Además de la protagonista, salieron a saludar las directoras del montaje, María Alcolea y Alba Parra.
