Durante la inauguración de los trabajadores ganadores y seleccionados en los Certámenes Artísticos de la Fiesta de las Artes y las Letras de Tomelloso en el Museo López Torres los periodistas de Lanza aprovecharon para charlar con uno de los artistas premiados en el Fondo de Adquisición Antonio López García. El gaditano pepe Baena ha obtenido uno de los galardones con “Mateo”, un oleo sobre lino que representa a su hijo sentado en un sillón.
Baena ha obtenido muchos y valiosos premios en su corta vida como pintor en Cádiz, Melilla, Sevilla, Trebujena, Don Benito o Gibraltar.
—¿Le sigue emocionando recibir premios?
—Un reconocimiento siempre es bienvenido, te ayuda a seguir pintando con más ganas. No solo por lo económico, porque con un premio como este la moral te sube y vas al estudio con más ganas.
Y más en uno como este en el que Antonio López forma parte del jurado. Siendo el jurado he recibido este y otro galardón en Melilla, que voy a guardar seguro, ya que lo tengo como ídolo. Es como dos premios en un uno. Además, la concesión del galardón me permitió hablar con él cuando me avisó del falló.
—¿Y cómo justificó el premio?
—Me dijo que le gustaba mi pintura porque yo pinto mi vida y en este cuadro la reflejo. Es Mateo, el tercero de mis niños en el sillón de su bisabuela en Italia. Mi mujer es de allí. Aquella casa, la de Italia, siempre tiene algo que me llama la atención.
—A lo largo de la historia, muchos grandes pintores han recurrido a los niños, ¿usted lo ha hecho puntualmente o es una constante de su obra?
—Pinto a mis hijos porque tengo niños, si no no lo haría. Es verdad que me gusta mucho pintar mi vida y lo que me rodea, eso para mí es fundamental. El año pasado hice una exposición sobre el Carnaval de Cádiz, salgo en una chirigota y es algo que me gusta. Quiero que los cuadros tengan vida.
—¿Cómo llega a la pintura? Usted es un pintor de vocación tardía.
—Soy cámara de televisión y hasta hace diez años no había cogido un pincel. Comencé entonces, poco a poco y hasta ahora. Para mí es un segundo trabajo. Me va bien.
—¿El hecho de que sea cámara le da una perspectiva distinta?
—Eso dicen mis amigos, que les gusta como yo encaro los cuadros. Pero yo tampoco creo que sea mucho así. He estudiado Imagen y Sonido y en la facultad te enseñan a usar una cámara, pero no a coger los planos. Pero sí, creo que son dos profesiones que tengo muy ligadas y se van complementando.
—¿Ha afectado la pandemia a su proceso creativo?
—Yo he pintado más. Como estaba en casa encerrado, he producido más. Tengo varias series de cuadros de mi casa, de mis niños.
—Parece que, como en la poesía, está de moda la pintura de la experiencia.
—En España esta pintura no está tan bien vista. Cada vez cuesta más que salga la pintura figurativa y el realismo. En el realismo es más fácil descubrir la mala pintura, ahora en el arte contemporáneo no.
—Dice que compagina su trabajo como cámara con la pintura.
—Para mí es una suerte no vivir del arte porque así pinto lo que quiero sin pensar en que lo tengo que vender.
—¿Qué le parece la obra seleccionada en este certamen?
—He disfrutado de la obra de López Torres que me ha encantado. Venir a Tomelloso es una suerte, hay varios cuadros que me han encantado. En la muestra veo cuadros que no han sido premiados que son muy buenos. Es muy difícil conseguir un premio en un concurso como este.
—¿En qué anda metido?
—Sigo con la pintura de escenas. Estoy con el cuadro de unos amigos pintando. Antes hice muchos bodegones y ahora estoy con la figura humana y las escenas cotidianas.
