En unos tiempos en los que imponen su ley los juegos electrónicos, revivir tiempos pasados con estos juegos es toda una gozada. En la explanada del Santuario se puede jugar a las tres en raya, al dominó, al futbolín de chapas, al conecta cuatro, hacer rodar el aro, mostrar destreza con las anillas, recrear una completa cocina, pescar o caminar con los llamados esquíes de grupo.
El responsable de Mondema Artesanos, Juan Carlos Jiménez, defiende la vigencia de unos juegos “que no tienen que pasar de moda. Son juegos que despiertan la imaginación de los chavales y que permiten que pueda jugar toda la familia”, Jiménez no recuerda exactamente cuándo trajo por primera vez sus hermosos juguetes de madera a Pinilla, “creo que fue hace cinco o seias años cuando se hacían aquellos asados tan espectaculares de gente vasca que vino a la Romería. Mientras la gente comía, los niños se divertían con los juegos”. Mondema trae siempre alguna novedad a Pinilla, “aunque al contar con un espacio limitado nunca podemos traer todo lo que tenemos, al que sí podemos hacer cuando acudimos a pabellones o recintos más amplios”.
Como siempre el responsable de Mondema mira al cielo y reza todo lo que sabe para que la lluvia no aparezca. Las previsiones de este año han generado alguna incertidumbre, pero, de momento, el sábado matinal de Romería se ha librado del agua. Así, los niños disfrutan con las tres en raya, el aro, el dominó y celebran los goles que marcan en el futbolín.
No muy lejos de los juegos de Mondema se encuentra la carpa donde varios miembros y colaboradores de la Hermandad preparan más de dos mil montados de chorizos. Se servirán poco después acompañados de un vaso de zurra. Aunque es mucho el trabajo que resta por hacer, la gente se emplea con ganas para que la gente pueda encontrarse lo más a gusto posible en uno los grandes días que celebra Tomelloso.