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29 marzo 2024
ACTUALIZADO 10:47
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      • La Presentación / C. Moreno
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      El alcalde, saludando a una participante en la desgustación de torrijas
      Laura Macías, de Miami Gastro, con el taco de bacalao tártara y los postres de torrija y tarta de arroz con leche / A. R.
      Los fieles acudieron a orar al Nazareno / Elena Rosa
      • Oración y Juicio de Cristo / F.Navarro
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      Imagen de archivo del juego de 'Las caras' de Calzada de Calatrava / Vox
      Ricardo Chamorro, Milagros Calahorra y Emilia Martín, hermano mayor de la Flagelación
      • Cofrades y fieles en el templo / J. M. B.
      • LA Virgen del Mayor Dolor / J. M. B.
      • El Cristo estaba preparado /J. M. B.
      • Se realizó el Viacucis en el templo / J. M. B.
       Lanza
      El presidente de la Diputación -c- con la Hermandad del Ecce Homo (Pilatos)
      Hermanos y fieles lamentan la suspensión / Antonio López
      Los fieles acudieron a orar al Nazareno / Elena Rosa
      El Guardapasos se llenó de fieles este Jueves Santo / Elena Rosa
      La Hermandad de la flagelación tampoco pudo salir en procesión / Elena Rosa
      Hermanas del Silencio que iban a acompañar a la Virgen / J.M. Beldad
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Pluvio Coronado: “Disfruto con la medicina porque te proporciona retos constantemente”

Jornadas de salud de la Mujer 1 edited
Inauguración de las Jornadas del pasado año
Carlos Moreno / TOMELLOSO
Las jornadas de salud que organiza el reconocido ginecólogo celebrarán próximamente su vigésima edición

El éxito alcanzado  por Pluvio Coronado Martín (Tomelloso, 1967)  no le ha hecho olvidar sus raíces.  El reconocido ginecólogo mantiene abierta una consulta en la ciudad que le vio nacer y al mismo tiempo organiza unas jornadas sobre salud que han cumplido ya veinte años. El periodista que tiene el honor de realizarle la entrevista fue su compañero de pupitre en los ya lejanos tiempos del colegio y vio en primera persona aquella vocación temprana e indiscutible de un niño que sabía que  de mayor sería médico. En los tiempos del instituto nos hizo compartir aquella graciosa obsesión suya por alcanzar la nota mínima que exigían para estudiar medicina. Lo consiguió sobradamente, como todo lo que se ha propuesto en la vida.  De carácter afable, muy amigo de sus amigos, a Pluvio Coronado le acompaña siempre la alegría, el sentido del humor y la responsabilidad por atender de la mejor manera posible a sus pacientes, enseñar bien a sus alumnos y distinguirse en los proyectos de investigación en los que participa.  El círculo lo cierra la persona con la que comparte su vida;  su esposa, María Fasero, otra gran ginecóloga

-Ante todo es usted un médico de vocación, desde muy joven lo que quería ser. Después de tantos años en ejercicio, ¿sigue disfrutando con su profesión?

-Claro que disfruto, todos los días. Es lo bonito que tiene trabajar en lo que uno quería. Todos tenemos días malos, pero la medicina te proporciona retos constantemente: nuevos tratamientos, nuevas tecnologías, casos diferentes…es un mundo fascinante. Soy muy afortunado porque hago lo que he querido hacer toda mi vida. Hay gente que termina una carrera y luego en su vida laboral no pueden hacer lo que querían. Mi problema es que quiero coger tantas cosas, que no me caben en la mano. Acabo de llegar de Lisboa donde opero con robótica y luego tengo clases, congresos, publicaciones, trabajos de investigación, conferencias, apariciones en televisión que son labores que me llevan mucho tiempo y, claro, muchas veces llevo una vida demasiado estresante. La medicina tiene dos vertientes: la de atender al paciente y luego la de la docencia y formación continuada

-Veinte años organizando las jornadas de salud en Tomelloso tambien es un logro importante, ¿no cree?

-Por supuesto que sí. Son veinte años que se dice pronto. Llevo veintiséis en el clínico y no tardé mucho en involucrarme en  este proyecto.

-No es frecuente que profesionales que llevan una trayectoria exitosa, como es  su caso, mantengan un cordón umbilical tan estrecho con su ciudad…

-Soy de pueblo y lo voy a ser toda mi vida, me encanta Tomelloso porque es el lugar donde he tenido mi infancia, mi familia, mi gente y mis amigos. He disfrutado mucho de la infancia que he tenido, me he hinchado a jugar, me he hecho polvo las rodillas, me han escalabrado muchas veces…no puedo olvidar esos juegos en la plaza del Carmen o en el parque de al lado. Ahora paso por allí y no veo a nadie jugando. Por estos recuerdos tan entrañables me gusta hacer las cosas en Tomelloso. Y estoy convencido de que cuando me toque dejar este mundo ahí estarán mis cenizas.

-Las jornadas han sido suspendidas, pero se está buscando una fecha alternativa, ¿qué destacaría del programa de este año?

-Siempre son variadas. Se empezaron centrando en la salud de la mujer porque las empecé yo y era ginecólogo. Pero luego empecé a invitar a mi gente y consideré que el hombre también debía tener su espacio en estas jornadas. Traigo a gente que es relevante en lo que hace, pero sobre todo traigo a gente que conozco para que vean la ciudad. También cuento con gente del Hospital de Tomelloso donde hay buenos profesionales, como Alfredo Lucendo, el jefe de Aparato Digestivo que intervendrá este año. Además está ocurriendo algo curioso; normalmente era yo el que invitaba a la gente, pero ahora me piden los profesionales que les invite, porque quieren venir a Tomelloso; uno hablará de osteoporosis y otro de  virus del papiloma humano. Tomelloso es una ciudad agradable, con muchos alicientes como sus bodegas y sus cuevas, con sitios en los que se come muy bien y gente maravillosa. Cuando vayamos visitaremos la cueva de Arcadio y Toñi, otras veces me llevo a la gente al Museo del Carro y les cuento cosas de nuestra historia y terminamos dando buena cuenta de unas buenas migas o gachas. Y si da tiempo, en el viaje de vuelta paramos a ver los molinos. Ellos nos traen su sapiencia y yo les proporciono un estupendo fin de semana en Tomelloso. Ahora tengo cola de gente que quiere venir.

-¿Es la salud de las mujeres un mundo más complejo que el de los hombres?

-La mujer tiene mucha patología crónica, en cambio la del hombre es aguda. Son patologías diferentes. Las causas más frecuentes de muerte son las enfermedades cardiovasculares: el infarto de miocardio y el ictus. El hombre muere más por infarto del corazón y la mujer más por infarto cerebral. En cuanto a los tumores, las mujeres son más afectadas por cáncer de mama y cáncer de colon, mientras que el hombre muere más de cáncer de pulmón y también de colon. El de pulmón, muchas veces, es por el tabaquismo. Por su aparato genital, la mujer sufre también el cáncer de útero y por contra nosotros tenemos el de próstata que es uno de los más frecuentes.

-¿Podrá la medicina conseguir algún día vencer al cáncer?

-La medicina no va a evitar nunca que la gente se muera. Si quitamos el cáncer, la gente morirá de enfermedades cardiovasculares, si quitamos éstas,  la gente se morirá de enfermedades degenerativas. Sí puede pasar que haya alternancia de cáncer, por ejemplo, sabemos que hay un cáncer que podemos erradicar que es el del cuello de útero porque es una enfermedad infecciosa. Si conseguimos vacunar a las niñas y prevenir esa infección diremos adiós a ese cáncer. Los expertos dicen que probablemente en cincuenta años el cáncer de cérvix será muy raro en los países desarrollados, pero seguramente crecerán los cáncer de mama, colon o endometrio que suelen afectar a mujeres más mayores. Evidentemente, la gente tiene que morirse de algo. El problema es que el cáncer mata silenciosamente y despacio y eso provoca una reducción de la calidad de vida. Entonces la cuestión es intentar que el cáncer no te mate mal, aunque evidentemente nadie se muere bien.

-Lo que dice  me da pie a preguntarle sobre eutanasia que está generando un amplio debate en la sociedad. ¿Cuál es su postura al respecto?

-Tengo una postura de mucho respeto sobre este tema. A la gente que desea morir, hay que ayudarle a morir, pero ojo, no a la ligera. No hay que confundir el tema de la eutanasia con los paliativos. La eutanasia puede proceder cuando una persona tiene, por poner un caso, un tipo de esclerosis que le hace saber a ciencia cierta que morirá ahogado. Eso sí me parece justo, pero no tanto cuando una persona que dice me encuentro muy mal, estoy muy deprimido, quiero que me maten. No. Las cosas tienen que hacerse bien, con una ley muy clara, y tiene que haber médicos, sicólogos y cuantas más firmas haya mucho mejor. Se trata de ayudar a morir bien. Es una cuestión bioética que hay que abordarla con mucho rigor, donde muchas veces intervienen también factores relacionados con las creencias y las religiones, es decir, es algo que va mucho más allá de la medicina.

-La epidemia del coronavirus, ¿es tan preocupante como parece o se está creando una alarma social excesiva?

-Quizá se esté generando una sicosis excesiva. El coronavirus lo conocemos, pero este es un virus más agresivo que la gripe y daña a la gente que está más débil. El problema es que nuestro sistema inmune no lo reconoce y se disemina muy rápido, con lo cual es muy fácil que te infectes. Por tanto, las autoridades  sanitarias están aislando los focos con el fin de parar la epidemia para evitar los contagios, aunque en realidad esto es una pandemia que empezó en China y ahora está en Europa y seguirá creciendo. Los focos se cortan evitando contagios y aglomeraciones. Los congresos médicos se han suspendido por algo evidente: porque si los médicos son los afectados por el virus, ¿quién atiende a los enfermos?

-¿Cómo ve desde la distancia los problemas que tiene el Hospital de Tomelloso?

-Tenemos que situar los hospitales en lo que son. Evidentemente el Hospital de Tomelloso no puede ser como el Clínico San Carlos en el que yo trabajo. Es de grado 1 y hay determinadas cosas que no puede hacer. El personal médico que quiere estar a la vanguardia busca hospitales donde pueda desarrollar al máximo su profesión, tener más oportunidades y obtener una mayor rentabilidad. No sé si sería conveniente transformar los hospitales que son de grado 1 en grado 2, como por ejemplo, el de Alcázar. Luego están los de grado 3 como el Clínico que son hospitales de alta complejidad. La pregunta es si tienes Manzanares, Alcázár de San Juan, Villarobledo y Tomelloso, es evidente que el de Tomelloso está en todo el centro, tiene una mejor posición estratégica y debería estar mejor dotado. Pero aquí deciden los políticos. Formar un médico es caro y formar un especialista todavía más. Si salen muchos, los sueldos bajan y se pueden ir a otros países. Es complicado.

-Se habla mucho de la fórmula de hospitales en red, ¿puede venir la solución por ahí?

-La tecnología nos permite ahora muchas cosas. Esto es algo que se está haciendo en la Comunidad de Madrid, buscando una sanidad equitativa, es decir, una persona de Tomelloso se tiene que curar igual que una de Madrid. El trabajo en red suple las deficiencias de un hospital con lo que pueda ofrecer otro, de modo que un profesional no trabaja en un hospital, sino en varios a la vez. Centralizando bien las cosas, generas especialización y el enfermo acude al hospital donde mejor hagan las cosas. El problema surge con los traslados, no todo el mundo tiene coche, y las ambulancias valen una pasta. Sería cuestión, por ejemplo, de plantearse un sistema de lanzaderas de autobuses con unos recorridos. Pero no es fácil y las soluciones cuestan dinero. Y tengo claro privatizar tampoco es bueno, porque la sanidad nunca debe ser un negocio.

-Además, del trabajo al que tiene que hacer frente cada día ¿en qué proyectos trabaja actualmente Pluvio Coronado?

-Ahora estoy trabajando mucho en la cirugía robótica. Hoy he estado en Portugal operando con robots y en España estamos diseñando estrategias para introducir a los profesionales en este mundo. Surgirán nuevos modelos, avanzará la tecnología y de aquí a veinte años la cirugía robótica será la cirugía. Es un reto apasionante en el que me estoy implicando mucho. También estoy trabajando mucho con respecto a la calidad de vida de la mujer con menopausia

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