Faltaban poco más de cien días para la Feria de Tomelloso cuando el Equipo de Gobierno anunció oficialmente la suspensión de la semana grande de la ciudad. Una decisión esperada teniendo en cuenta la evolución de una terrible pandemia que obliga a actuar con la mayor cautela y responsabilidad posibles. Aún comprendiendo la racionalidad y sentido común de la medida adoptada para preservar la salud de los vecinos, la suspensión de la feria deja un halo de inevitable tristeza. En cualquier caso, y así lo explica en esta entrevista el concejal de Festejos, Raúl Zatón, la decisión tiene algunos matices.
En los prolegómenos de la entrevista preguntamos a Raúl cómo se encuentra, tanto él como su familia y nos dice que “afortunadamente todos estamos bien. Estoy muy pendiente de mis padres, intento que salgan lo menos posible. Todas las precauciones que tomemos serán pocas para hacer frente a un virus tan dañino”
“Una feria se prepara con varios meses de antelación, -empieza explicando el concejal-. Es en los meses de febrero, marzo y abril cuando se suelen cerrar el ochenta por ciento de los contratos. Como se nos echó encima esta crisis sanitaria, prácticamente paralizamos todas las gestiones. Con la incertidumbre y dudas que se generaron no tenía sentido realizar nada”.
La suspensión de la feria era una decisión que se veía venir. Otras poblaciones cercanas fueron anunciando la suspensión de sus fiestas, aunque Zatón subraya que el Equipo de Gobierno ha aguantado al máximo la adopción de la decisión. “Hemos esperado todo lo que hemos podido para ver cómo iban evolucionando los datos de la pandemia, pero al final no ha sido posible. Es evidente que en unas circunstancias como las que estamos atravesando con este virus no se pueden organizar actos o espectáculos de gran afluencia. La salud y seguridad de los vecinos es lo prioritario, aún a costa de tomar una decisión tan dolorosa y triste como la suspensión de la feria que es uno de los acontecimientos más esperados, además de la importancia económica que tiene para muchas personas y empresas”.
Pero la decisión adoptada por el Equipo de Gobierno abre una puerta a la esperanza y así lo reconoce el edil de Festejos. “La feria, tal y como la conocemos, era inviable celebrarla. No pueden organizarse conciertos, actos de masiva afluencia a la Plaza o en el propio recinto ferial. Pero no descartamos realizar algunos actos o eventos con otro tipo de formato o apoyarnos en las nuevas tecnologías para que se pueda hacer algo. Es algo que tendremos que sopesar con calma, teniendo muy presente, insisto, que lo primordial es la salud de las personas, pero trataremos de compaginar la mayor prudencia con la posibilidad de abrir algunas vías para que Tomelloso vaya saliendo de esta parálisis”.
Le planteamos a Zatón la hipótesis de si se podría revertir la decisión en el caso de que los datos de la pandemia fueron mejorando y responde que “estamos a expensas de lo que marquen y dictaminen las autoridades sanitarias. Podremos ir escalando de fases y la datos irán siendo cada vez más, pero no podemos arriesgarnos a que haya un nuevo rebrote o foco”.
El presupuesto que iba a destinarse a la feria tendrá una salida lógica y consecuente y así lo explica el concejal. “Una crisis como la del covid-19 deja muchas secuelas y tenemos que ayudar a mucha gente y sectores. De hecho, ya se han anunciado importantes medidas de apoyo a las empresas y a nuestro comercio, también otras de carácter social para ayudar a esa gente que se ha quedado sin trabajo o sin ningún tipo de ingresos. Asimismo, se ha destinado una cantidad importante a la compra de mascarillas y material de protección como pantallas. Todo lo que no gastemos en Festejos tienen que ser para esto, y lo mismo le sucede con otros departamentos del Ayuntamiento. Solo hay que desear que esta angustiosa situación la vayamos superando y cuanto antes una ciudad como Tomelloso recupere su espíritu emprendedor y dinamismo”.