Una función que el clown, que tuvo un emocionado recuerdo para las víctimas de las inundaciones de Valencia y Castilla-La Mancha, dedicó a su “gran abuela Lola” la función. El montaje, de la Compañía Clownómadas, se ofreció con entrada gratuita y el público, claramente familiar, casi llenó el Teatro Municipal Marcelo Grande.
Clownómadas nació en 2015 en Brasil, al abrigo de una furgoneta Wolkswagen Combo, fundada por Rubén Carretero Galindo. El clown, tomellosero, se formó en el Circo Culipardo y en la Escuela Internacional de Ibiza. Miembro activo de Los Estupendos Estúpidos en los que participa 3 años, deja el grupo y se marcha a América Latina para actuar y seguir formándose. Según su currículum, que reproducimos textualmente: “En su larga carrera se ha formado con otros maestros de esta disciplina como son; José Piris (Madrid), Alex Cohelo (Brasil), Francis J. Quirós y Paco Pacolmo (Extremadura), Leo Bassi (Italia), Víctor Quirós (Chile), Raquel Rodríguez “clown hospital” (Ecuador), Norman Lemaitre (Colombia), Carlos Criado (Perú), Luis Regalía (Uruguay) entre otros”.
Carretero ha creado y dirigido “El Gran Viaje de los Trovadores Clownomadas” (Granada 2012). “Un paseo por el Museo” (Argentina 2015). Ganador del 3º premio del Match de Circ de la muestra de Circ de Alcudia “Circaire” (Mallorca 2018).
Utopía es un espectáculo íntimo, emotivo, con esa melancolía con la que se adornan los clowns. El público disfruta de principio a fin de las evoluciones de Rumbo, el protagonista del montaje. Durante la hora que dura “Clownadas”, Carretero nos transporta a un mundo mágico, a un circo nuevo, en el que la magia, los malabares, la risa, cobran nueva vida. Un espectáculo multidisciplinar que sorprende y, como dice el programa, nos invita a soñar.
Rumbo interactúa con el público en todo momento, convirtiendo al respetable en parte de la obra —de hecho, algún desapercibido espectador acaba sobre las tablas del Marcelo Grande—, bajándose a la platea cuando llega el caso. La música esta siempre presente en este delicado espectáculo en el que Rubén Carretero despliega su saber hacer, en una maravillosa vuelta de tuerca al mundo del circo. Globos, luces, humo, pompas, son algunas de sus virtuosas herramientas.
Cuando cayó el telón, Carretero —que agradeció al Ayuntamiento la posibilidad de actuar en Tomelloso— tuvo que salir varias veces a saludar, dada la sonora ovación del respetable.