El artista cuelga veintitrés dibujos, sus impresiones de la capital italiana, en la que es su primera exposición. La muestra, que llega a través del acuerdo de colaboración de El Rinconcito, Lanza y La Voz de Tomelloso, se inaugura este viernes a las 21:00h.
Con la muestra, Francisco José Rodríguez nos invita a pasear por la Ciudad Eterna, por sus rincones, por sus monumentos más conocidos y por las iglesias más famosas. El Coliseo, el Panteón, la Plaza de España, el Vaticano o San Pietro in Vincoli, Santa María en Trastevere, San Juan de Letrán, Santa María la Mayor o Sant’Andrea della Valle (que es la basílica de los teatinos con la que el artista quiere hacer un homenaje a Valentín Artega) son alguno de los lugares de Roma que podemos conocer con los dibujos de Rodríguez.
La mayoría de los dibujos que el artista lleva a El Rinconcito están tomados del natural “me gusta tomar apuntes en la calle. Otros están hechos a partir de fotografías tomadas durante mis viajes. Y otros son láminas arquitectónicas como una del Panteón, que es maravillosa, en la que se puede observar la proporción áurea de ese edificio”. Francisco José Rodríguez es aparejador y le “interesan mucho las proporciones, las perspectivas, la luz y todo lo que tiene que ver que la arquitectura”. Además, gracias a su oficio “llevo treinta años dibujando”.
Rodríguez, cuando emprende un viaje, al igual que otros cogen la cámara, sale armado con su cuaderno y rotuladores de distintos diámetros. “Son bocetos rápidos, mis impresiones de una esquina, una calle o una puesta de sol”. Aunque a veces usa el color, nos confiesa que le gusta el fondo blanco y el dibujo en negro.
El artista tiene muchas “instantáneas” de los lugares que le gustan, especialmente de Roma, ciudad de a que está enamorado. París, Madrid y Granada son lugares que también aparecen en las láminas de Francisco José Rodríguez. Nos confiesa que nunca ha dibujado para exponer, “siempre por placer o para regalar a mis amigos o mi familia”. Se muestra encantado con la exposición “desde que me la propuso Mario Caballero, a partir de un dibujo que le hice al llorado Emilio Salinas”.