Unicornio Teatro puso en escena este viernes en el Auditorio López Torres de Tomelloso la conocida obra “¡Ay, Carmela!” de Sanchis Sinisterra. La representación llegó como aperitivo de las Jornadas de formación e interpretación que esta organizando este fin de semana la Federación de Grupos Aficionados de Teatro de Castilla-La Mancha. El público, no tanto como el montaje se merecía, aplaudió las peripecias, más trágicas que cómicas, de Carmela y Paulino y sus variedades a lo fino.
Maite Sierra y Eusebio Mateo dan vida a dos cómicos ambulantes, Carmela y Paulino “variedades a lo fino”, que durante la Guerra Civil van por los pueblos llevando su espectáculo. Se confunden y acaban en Belchite, después de que los “nacionales” tomaran la localidad zaragozana. Se ven obligados a improvisar un espectáculo de variedades para divertir a los sublevados.
Como pueden, sin medios, Carmela se queja amargamente de no tener vestuario, y con la ayuda del invisible Gustavete, van montando el show. La prudencia de Paulino choca con el ímpetu de Carmela, dado que muchos de los números no son convenientes para el auditorio al que van a divertir. La representación da un giro cuando los actores ven que hay un grupo de reos de muerte de las Brigadas Internacionales también en el espectáculo. En el último número, que debería haber sido una burla a la Republica, se convierte en un acto reivindicativo por parte de Carmela.
En la obra conviven la vida y la muerte; el pasado y el presente. Los saltos temporales nos muestran las últimas horas de la pareja, mientras preparaban el show y podemos ver el gris presente de Paulino en la España franquista y la pena por haber perdido a su querida Carmela.
Con un gran trabajo interpretativo, los actores resuelven con solvencia la obra. Carmela, Marte Sierra, pizpireta, dicharachera, alegre, con una sinceridad que desarma. Eusebio Mateo es un Paulino prudente, tranquilo, pragmático, pero con un importante punto de bondad y tristeza. Con un escenario prácticamente vacío, tan solo cuatro objetos, los actores —aficionados, no lo olvidemos— fueron capaces de llenar el Auditorio López Torres. El público premió a Unicornio Teatro con una gran ovación.