“Si siguiéramos el código deontológico no nos comeríamos un colín”, dice Beatriz, la directora de Zenit. También, la editora de la cabecera en otro pasaje de la obra asegura que “la ética no es buena consejera empresarial”. Son dos ejemplos de la manera tan poco complaciente con la que Els Joglars trata a la “máquina voraz” de la prensa actual en “Zenit. La realidad a su medida”. La obra se presentó este sábado en el Teatro Municipal de Tomelloso dentro de los Escenarios de Otoño del área de Cultura y fue un completo éxito, la veterana compañía recibió una gran ovación del público.
Con el primer párrafo de esta crónica ha quedado claro que el montaje de Els Joglars disecciona y crítica satíricamente (con una sátira vitriólica) el periodismo y los medios actuales, “la máquina del fango”, que dijo Umberto Eco.
Pero comencemos por el principio (valga el pleonasmo), por la pluma de un ave. En una soberbia pantomima con música de Tchaikovski (que es otro protagonista de la obra), la compañía recorre los grandes hitos de la humanidad en cinco minutos (trescientos segundos soberbios, visuales, impactantes, preciosos) desde la prehistoria hasta e 11S para acabar en la redacción de Zenit. El escenario está ocupado por una especie de mueble que a este periodista se le antoja un torii, esos arcos que en Japón marcan la frontera entre lo profano y lo sagrado.
Y es que, la redacción de Zenit, salvo el arquetípico Martín (un Pepito Grillo, alcohólico y mal hablado que no entiende los nuevos chismes multimedia) solo se preocupa por las noticias que pueden proporcionar clics, likes y ser retuiteadas; insulsas, edulcoradas y amarillas. No se preocupan lo más mínimo de los muertos del Tercer Mundo ni de la verdad. La información llega por las redes sociales, sin contrastar. Es, como dice Martín “el timo de los periodistas de sofá”.
“Zenit” no tiene nada de maniqueo: nadie es el bueno, todos tenemos culpa. El viejo periodista más íntegro y los lectores tampoco se libran. Tenemos que saber discernir —nos avisa Els Joglars— el grano de la paja en una época en la que “todo el mundo puede dar una noticia y escribir su opinión”. Ya no es necesario acudir al lugar de la noticia, contrastar la información, empaparse o sentir la información. Durante la obra se suceden situaciones dramáticas pero hilarantes, como cuando la directora quiere hacer atractiva y bella un vídeo con una decapitación del Isis. Lo que importa es la audiencia, publicar antes que la competencia, tener más lectores, crecer, crecer…
“Zenit” es una gran obra, escrita y dirigida por Ramón Fontseré. El trabajo de los actores es soberbio, formando un conjunto unido, remando juntos para que la obra sea un éxito. Fontseré está magistral en el papel de Martín; Pilar Saez, Dolors Tuneu, Xevi Villâ, Julián Ortega, son capaces de componer de forma creíble y solvente cualquiera de los personajes y situaciones a los que se enfrentan en el montaje.
El espectáculo culmina con un apoteósico y pesimista final que, lógicamente, no voy a desvelar pero que nos hace pensar, aún más, en esta profesión de contar lo que ocurre. Els Joglars recibió una muy merecida ovación del público de Tomelloso.