“Solo tienes una neurona”, “eres una colombiana de mierda”, “te voy a hacer lo de los corderos”. Improperios como estos y otro larga lista formaron parte durante un año del día a día de la relación de convivencia entre una mujer y un hombre en Pozuelo de Calatrava y Torralba, que empeoró hasta que llegaron los golpes físicos y la situación extrema de obligarla a abortar.
Es lo que considera probado el fiscal de Violencia sobre la Mujer de Ciudad Real, Jesús Gil, que acusa por hasta cinco delitos de maltrato (habitual y familiar), lesiones (dos) y aborto, a José Manuel M.C.N.A, el hombre que supuestamente le hizo la vida imposible a la que fue su pareja entre julio de 2011 y agosto del año siguiente.
El caso, uno de los más graves de violencia de género que llega a la Audiencia Provincial, se celebrará la semana que ante la sección segunda entre el martes 30 y el jueves 31 de enero.
18 años de prisión
Por estos delitos el acusado, que tiene una orden de alejamiento respecto de la presunta víctima, se enfrenta a una condena de dieciocho años de prisión.
La fiscalía reclama además 45.000 euros para la perjudicada, con “trastornos psíquicos severos” cuando fue evaluada por el equipo psicosocial de los juzgados, poco después de que denunciara lo que le sucedía, a finales del verano de 2012.
El escrito de calificación provisional de hechos probados de la fiscalía –la mujer también ejerce la acusación particular-, da cuenta de un rosario de vejaciones, golpes y humillaciones que derivaron en el delito por el que más pena le pide el fiscal: aborto con la agravante de parentesco.
Se supone cuando la mujer se quedó embarazada y a las doce semanas, en el invierno de 2012, el acusado la obligó a acudir a una clínica para que se sometiera a un abordo, contra su voluntad.
Sentimiento de dominación y celos
Al parecer el varón se tomó bien en principio el embarazo pero según considera probado la fiscalía a medida que la mujer perdió el interés sexual por su estado, el acusado desarrolló un “sentimiento de dominación y celos (…) hasta el punto de idear un plan para constreñir a la mujer para que abortase”.
Le escribió en un papel lo que tenía que decir
La fiscalía también considera probadas dos palizas que la mujer ocultó, una de ellas incluso pese a que fue atendida en el hospital y estuvo impedida ocho días para realizar sus actividades. Según la acusación público llegó a escribirle en un papel lo que tenía que decir cuando le preguntaran los médicos.