La Inspección de Trabajo y Seguridad Social en Ciudad Real ha gestionado un total de 338 informes en relación a los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) aplicados en el año de pandemia por las empresas.
En concreto, según los datos proporcionados a este digital por Lucía Díaz Moya, jefa en la provincia de este órgano dependiente del Ministerio de Trabajo y Economía Social (MITES), dicho balance corresponde a las actuaciones cerradas por la inspección desde el inicio del Estado de alarma hasta el pasado 5 de abril.
Del total de expedientes analizados, 255 correspondían a ERTEs presentados por causa de fuerza mayor, 45 por razones económicas, técnicas, organizativas o de producción (ETOP), y los otro 38 estaban relacionados con las exenciones del RD (Ley 30) sobre de medidas sociales en defensa del empleo.
En una entrevista con lanzadigital, Díaz –que lleva apenas cuatro meses al frente de la Inspección- defiende esta figura como una herramienta “de protección del empleo de los trabajadores”. Por ello, los informes de la institución “velan por el cumplimiento” de su aplicación y para evitar, en la mayoría de los casos, irregularidades.
“Verificamos que la realidad de la empresas durante el ERTE se ajusta a los términos en que se aprobó”, es decir, los inspectores comprueban “que no haya trabajadores acogidos a esta figura en activo, o que no trabajen más tiempo del acordado en caso de reducción de jornada”.
El objetivo es garantizar el empleo digno, frente a la leyenda negra “del fin recaudatorio”.
Con todo, según datos del Gobierno a 26 de abril pasado, Ciudad Real registró 41 infracciones entre los ERTEs investigados en la provincia.
Casi 4.000 inspecciones en 2020
Estas comprobaciones forman parte del conjunto de actuaciones que realiza la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, que están vertebradas, según Díaz, “por la prevención y no por la sanción”, en buena parte para que aflore la economía sumergida.
Son políticas previsoras que hacen que “requiramos mucho” a las empresas, antes de iniciar procesos sancionadores. “No perseguimos tanto multar como corregir incumplimientos, a veces producidos por desconocimiento o porque la normativa es nueva”, explica la jefa de la ITSS, que también destaca “la receptividad de la mayoría” de las empresas en seguir las recomendaciones o instrucciones del personal de la Inspección.
En conjunto, en 2020 se gestionaron 3.964 inspecciones en la provincia, con 600 infracciones y 1.058 requerimientos. Son cifras que acusan los efectos de la pandemia –con menor actividad económica- respecto a los resultados de 2019, cuando hubo 758 infracciones y casi 1.700 requerimientos.
La inspección “no es un ogro”, insiste Díaz, sino una entidad que preserva los derechos de los trabajadores en ámbitos como la siniestralidad y la precariedad. “Previene accidentes de trabajo garantiza que los sueldos son los que marcan los convenios”, además de evitar “otros abusos”.
“No es de recibo que en un país que se considera desarrollado alguien se juegue la vida cuando va a trabajar”, remacha.
En tiempos de crisis, según Díaz, la labor de vigilancia y control toma más significado porque se da el escenario más óptimo para que “los derechos de los trabajadores puedan verse más amenazados”.
Inspecciones en el campo
Especialmente relevante en Ciudad Real -por su tradición agraria- es la campaña de inspecciones en el campo para detectar posibles casos de explotación o malas prácticas.
Según Díaz, el grueso de la actividad en este ámbito se lleva a cabo en el marco de campañas programadas, tanto en prevención de riesgos laborales como en Seguridad Social. El objetivo de detectar “riesgos relacionados con equipos de trabajo como tractores y remolques, los asociados a la actividad y la economía irregular”.
El balance de estas inspecciones en 2020 es gráfico y pone de manifiesto los efectos de la pandemia, pues finalizó con 297 expedientes (entre infracciones y requerimientos), frente a los 556 del año 2019. Solo en el primer trimestre de este 2021, los inspectores y subinspectores han tramitado 156 tras visitar las explotaciones.
La jefa de la inspección de Ciudad Real se muestra especialmente satisfecha en esta labor con la coordinación “maravillosa y fluida” con los cuerpos de Seguridad del Estado, como la Guardia Civil y la Policía Nacional”.
Las inspecciones en el campo ciudarrealeño se intensifican, reconoce Díaz, en periodos de recolección de los cultivos como la vendimia, la aceituna, hortícolas como la cebolla o las frutas como melón y sandía.
Plantilla
Son actuaciones que realizan, junto con las de otras áreas, una plantilla que se va a reforzar de manera inminente.
La jefa de la Inspección, quien ejerció en Ciudad Real como subinspectora durante seis años (después estuvo dos años de inspectora en Madrid), celebra la pronta llegada de personal en las dos escalas de actuación.
Hay nueve inspectores (ocho mujeres y un hombre), seis subinspectores de Empleo y Seguridad Social, a los que se sumarán cuatro (serán 10), y tres subinspectoras laborales.
Las actuaciones de la Inspección se activan, señala Díaz, por las propias campañas del MITES o a partir de denuncias de diferentes órganos como la Tesorería de la Seguridad Social, el INSS, el SEPE, los órganos judiciales, sindicatos, o incluso vecinos o familiares de trabajadores.