Los cambios sociales, políticos y culturales que trajeron los años 20 centran el foco de estudiantes y profesores en la Facultad de Letras de UCLM en Ciudad Real. El historiador y catedrático de historia contemporánea Juan Sisinio Pérez ha abierto este martes el seminario con una conferencia titulada ‘La frustrada aventura de la modernidad. Los años 20 y 30 en España’.
La radio, el teléfono, la aviación y el cine. Todos son avances tecnológicos de la segunda Revolución Industrial, que surgieron entre 1870 y 1914, y que llegaron para cambiar la forma de entender el mundo y a la sociedad. Pérez ha destacado que “la modernidad trajo la soberanía de la razón frente al designio divino y puso al hombre en el centro del universo”.
Al ritmo del charlestón, la sociedad Europa quiso en esos ‘locos años 20’ resarcirse de los desastres del pasado, como la I Guerra Mundial, y hubo una oleada de democratización, las mujeres consiguieron el voto en algunos países, en la ONU empezaron a tomar los pueblos colonizados, las vanguardias tocaron el cielo y España vivió la Edad de Plata de la Cultura. En este país, la ciudadanía confió “en la eclosión de la modernidad durante la II República”.
Los cambios llegan a Castilla-La Mancha
Imágenes de los cabaret y los casinos vienen a la memoria de cualquiera al vislumbrar esta época que ha sido fuente de inspiración para escritores y cineastas, pero Juan Sisinio Pérez ha confesado a Lanza que “la modernidad no solo quedó reducida a las grandes ciudades, sino que también llegó a regiones de interior como Castilla-La Mancha”, y eso lo demuestra la obra del pintor valdepeñero Gregorio Prieto.
En Ciudad Real un gran ejemplo fue Valdepeñas. El profesor ha explicado que “la comercialización del vino exigió la modernización en todos los sentidos”. “Es verdad que a la mayor parte de la población agraria vino de rebote y siempre han ido por delante las grandes ciudades, donde hay más dinero y más intelectuales, pero aquí llegó la radio y la televisión”, ha señalado.
Así pues, fue en estos años cuando comenzó al mismo tiempo la erradicación del analfabetismo y cuando “el hambre desapareció de la población española, como había ocurrido del siglo XIX para atrás”. “Otra cosa es que persista la pobreza y los jornales, y que haya grandes problemas de desigualdad en lugares como Extremadura y Andalucía”, ha apostillado.
El fascismo y la violencia política truncan los avances

Pero la alegría duró poco. El profesor ha explicado el ascenso del fascismo, de forma paralela al desarrollo del comunismo más duro tras la Revolución Rusa en 1917. “La violencia política de los años 30 no es propia de España y no solo es del fascismo. No hay ningún régimen que se salve, salvo las socialdemocracias de Suecia, Dinamarca, Noruega, Gran Bretaña o Estados Unidos, que fue la primera democracia”, ha apuntado.
El objetivo de todo historiador tiene que ser “conocer la realidad con toda su complejidad, explicarla y entenderla”, como cuando un médico se enfrenta a la enfermedad de un paciente, ha dicho Pérez. Aunque hay una diferencia, “el pasado es irreversible, los triunfos y los fracasos son irrecuperables”, y “el historiador no es un juez” que pueda valorar acontecimientos como la sublevación militar en España del 36, que provocó “20 años de retraso”.
“¿Quién creía en la democracia que tenemos hoy en esos años? Poca gente ¿Estaban equivocados?”. El profesor ha afirmado que el historiador no reparte carnés sobre lo correcto y lo erróneo, sino que tiene que averiguar por qué triunfan unas posiciones u otras. Eso sí, Juan Sisinio Pérez ha insistido en que el Franquismo no se puede comparar con el fascismo “grave, imperialista, genocida” que gobernó en Alemania o Italia.
“Lo de hoy no es fascismo”
En la actualidad, la aparición de movimientos y partidos de extrema derecha ha hecho compararlos con los surgidos en los años 20, pero Pérez ha afirmado con rotundidad que “lo de hoy no es fascismo, es ultraderecha reaccionaria tradicionalista”. A su juicio, existe ultraderecha en Francia, en Italia, cada una con sus características distintas”, como ha ocurrido en Estados Unidos con el trumpismo, “que es otro tipo de reacción a las novedades de la historia”. “No todo es fascismo”, ha añadido.
El seminario sobre ‘La aventura de la modernidad’ seguirá en los próximos meses con nuevas charlas dirigidas por diferentes profesores, entre ellos Rosa María Capel y José Carlos Minter Baqué. Y además concluirá con un viaje cultural a la Fundación Gregorio Prieto en Valdepeñas.