“Hermanas tenemos hambre”. Es el grito de los niños “que resuena” a las puertas del centro religioso donde vive Santa Ruiz Rivera, una monja dominicana, perteneciente a la congregación de hermanas de la Virgen del Monte Carmelo, que estos días da testimonio de su labor en Ciudad Real, de la mano de Manos Unidas.
Trabaja en una de las zonas más subdesarrolladas al sureste del país más pobre de América, Haití, cercana a la frontera y a la provincia de Pedernales, en República Dominicana, y desde que recaló en este destino se embarcó en las actuaciones que priorizaron, centradas en la salud y la alimentación.
Las religiosas constataron, tras su llegada, la extrema pobreza y desigualdad de una población de 30.146 habitantes, con un importante porcentaje de niños, “sin agua potable, ni alimentos” y sin más servicios que una escuela de educación básica, ha relatado esta mañana a los medios en la presentación de la nueva campaña contra el hambre, la número 60 de Manos Unidas.
Precisamente, esta organización fue su aliada a la hora de “decir sí a la vida” y de poner freno a los estragos de la falta de comida y la nula atención médica entre la población infantil.
De manera intuitiva, según ha señalado, contactaron por internet con la entidad religiosa y dentro de «una tarea ardua y compleja» han conseguido desarrollar un proyecto de alimentación y atender a 200 niños con desnutrición severa, 133 ya dados de alta, así como también han posibilitado la construcción de un centro de salud, encabezado por un médico.
La administradora y fundadora del dispensario Santa Teresita en Haití (2017-2018), ha comentado las vivencias de una población sin apenas posiblidades, donde la educación «es muy costosa», y en la que los niños llaman a su puerta y gritan en español «nosotros tenemos hambre».
Por ello, ha agradecido las aportaciones de los españoles, que son «muy generosos y solidarios» en proyectos como el suyo dentro de unas acciones encaminadas al cambio de estructuras, valores, actitudes y comportamientos, que favorecen la construcción de un mundo más justo y una sociedad más solidaria.