Las mujeres son mas felices que los hombres en cuanto a satisfacción con su vida lo que compensa sus peores condiciones laborales y de renta, sin embargo se muestran más afectadas que los hombres por la pandemia, según revela la encuesta “Felicidad en tiempos de pandemia” que ha realizado el grupo de investigación del Observatorio de Intangibles y Calidad de Vida (OICV), dependiente del Grupo de Investigación en Capital Intelectual (ICRG) de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM).
Este grupo investigador ha presentado recientemente los resultados de la muestra, cuyos datos fueron recogidos al final de la primera ola de la pandemia -entre el 2 de julio y el 8 de septiembre- que fue diseñada como instrumento para recoger información sobre la felicidad de los ciudadanos. Entre sus resultados destaca la atracción que ejercen aspectos que estaban de actualidad antes de la pandemia, como la España despoblada y el acceso a internet desde todos los puntos de país con calidad y seguridad. La valoración de los encuestados constata la brecha digital existente en las zonas más despobladas donde sigue pendiente aún una solución.

Tendencia hacia los núcleos rurales
Los resultados de la muestra son claros al revelar esa tendencia hacia los núcleos rurales -sin despoblamiento exagerado, se aclara- ya que los españoles encuentran en estos lugares mayor felicidad que en las zonas urbanas. Pero ¿qué trabajadores se muestran más perjudicados en su calidad de vida? se preguntan los autores del informe al valorar el impacto de la pandemia en la calidad de vida de los ciudadanos.
«Lo cierto es que atañe a todos -explican-, pero fueron más sensibles los trabajadores de los servicios sanitarios y transportistas al igual que los del sector financiero y los parados. Por edades, los más afectados fueron los trabajadores mayores de 50 años».
El lugar de residencia, clave en la felicidad
Sin duda, el lugar de residencia aparece como otro factor clave para la felicidad del individuo. Lo pudimos comprobar tras acabar los tres meses de confinamiento domiciliario por la pandemia y las semanas posteriores, antes de la vuelta a la «nueva normalidad», cuando se registró un aumento considerable de la demanda de viviendas en el campo, al aire libre, para, en principio, pasar los meses de verano pero de donde no se ha regresado todavía en muchos casos.
Los datos no solo revelan esta tendencia hacia zonas más despobladas sino también la estrecha relación que tienen los entornos rurales con aspectos como mayor seguridad y menor efecto de la pandemia, sobre todo en aquéllos municipios que tienen una población entre 1.000 y 5.000 habitantes. Los resultados de la encuesta sitúan a estas poblaciones como el «lugar idóneo» para residir.

La edad de los ciudadanos, por otro lado, aparece como otro de los factores que también contribuye a su felicidad. Las personas mayores de 60 años se manifiestan como las más felices una circunstancia que pone de manifiesto -se explica en el informe- que la edad en período de trabajar «puede influir en la felicidad de las personas (…). Muy diferente es lo que ocurre cuando hacemos referencia a la situación económica, financiera y laboral (…), como se aprecia en los encuestados que tienen entre 20 y 29 años. Son menos felices porque su situación económico-financiera y laboral es peor o están aún en período de formación».
Salud, educación y vivienda
La salud y la educación tienen un importante respaldo de los ciudadanos españoles en tiempo de pandemia aunque aquí se aprecian diferencias en cuanto a la ubicación geográfica de los encuestados. Tanto un servicio como otro puede reportar felicidad en función del acceso que se tenga a ellos.
Hospitales y centro de salud así como el acceso a los mismos se consideran uno de factores más relevantes a la decidir el lugar de residencia. Los datos demuestran que los niveles de satisfacción son altos al situarse la valoración media en 7,52 puntos.
Situación similar o mejor se produce con la oferta educativa disponible. De total de ciudadanos encuestados, el 71,9 por ciento están «muy satisfechos» con la educación a la que tienen acceso en el lugar en el que residen, lo que no ocurre en la llamada España rural. Mientras aquí los valores máximos se sitúa en 6-6,5 puntos en los municipios mayores de 100.000 habitantes la valoración media de la educación sube más de dos puntos, hasta 8.
En cuanto a la vivienda, los españoles se muestran insatisfechos con el precio, incluso diferenciando su ubicación. La valoración media ha llegado a 5,91 puntos lo que supone que una gran parte de los ciudadanos no están satisfechos con el precio que pagan por ella, insatisfacción que aumenta en la ciudades.

Turismo y restauración
Mención aparte merece la influencia del sector económico en el bienestar de los trabajadores donde es inevitable el análisis con el impacto de la pandemia. En el caso de los parados o inactivos, los trabajadores de servicios de comunicación, turismo y restauración la situación que viven es difícil al ser sectores muy golpeados por los efectos del coronavirus Covid-19 mientras que, por el contrario, tienen altos los niveles de felicidad los trabajadores del sector manufacturero, comercio, primario (agricultura, ganadería y pesca), energía y transporte donde el impacto de la primera ola de la pandemia fue menor.
El entorno familiar, la confianza en los vecinos, el acceso al comercio y al transporte público, a la cultura y al deporte así como la protección del medio ambiente, la sostenibilidad y las zonas verdes son aspectos que también contribuyen a la calidad de vida de los ciudadanos y por ende a su felicidad.
«Los ciudadanos son significativamente más felices al aire libre en todos los tipos de hábitat -verde o natural- que en los espacios urbanos. Y así lo demuestran los resultados -recoge el informe- en cuanto al grado de satisfacción sobre el medioambiente».