J. Y.
Ciudad Real
Cuando se cumple el primer mes de temporada cinegética en la provincia de Ciudad Real, el sector rehalero está desempeñando su actividad “sin problemas” y sin que “haya habido inspecciones de Hacienda”.
El presidente de la Asociación de Titulares de Cotos, Cazadores y Actividades afines al sector cinegético de Castilla-La Mancha (Atica-CLM), Juan Caballero, señaló a Lanza que este colectivo, tras el acuerdo entre la Mesa de la Rehala y el Ministerio de Empleo para contabilizar el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) neto y no bruto como límite entre rehala deportiva y la profesional, los perreros “se han ido regularizando”.
De esta manera, vio positivo que “hasta la fecha no haya habido inspecciones de trabajo, las podrá haber pero hasta ahora no ha habido”.
Recordó que de sus 130 asociados hay quienes ya se han dado de alta como autónomos en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA), al estimar que superarán la cantidad mensual de 752,85 euros, mientras que se entenderá como actividad de rehala deportiva la de otros rehaleros que calculan que no llegarán a este mínimo.
La “legalización” de la actividad con perros en la caza comenzó la pasada campaña cuando inspectores de Hacienda visitaron monterías para advertir de la necesidad de regular la participación de este colectivo.
Tras la polémica surgida entre el sector y la administración (se celebró una gran manifestación en Madrid, y los rehaleros de Atica llegaron a decidir no solicitar las licencias), la segunda semana de octubre con la temporada ya empezada, alcanzaron un acuerdo sobre las cuantías económicas que tendrán que cotizar.
Caza en Cabañeros
De otro lado, el presidente de Atica se mostró a favor de la enmienda presentada por el PP para prorrogar hasta 2020 la caza en fincas particulares situadas en el interior del Parque Nacional de Cabañeros. “Es de sentido común que a los propietarios les permitan cazar dentro de sus fincas”, defendió, a la vez que sostuvo que, en caso de prohibición, “o les deberían indemnizar o comprar las fincas”, un extremo “innecesario” porque “es más urgente y se precisan más los recursos de la Administraciónpara temas sociales”. A su juicio, la ausencia de caza en esos espacios podría provocar “superpoblación y, por tanto, enfermedades y problemas para la vegetación, que se vería arruinada sin el ramoneo de los animales”.
“No entiendo que a nadie le moleste que controlen estas poblaciones y que hagan esos aprovechamientos y no tiene ni pies ni cabeza que se pague a funcionarios para realizar estas labores”.