Por segundo año consecutivo, la Hermandad de San Isidro de Ciudad Real ha suspendido todos los actos en honor a su patrón, debido a la crisis sanitaria por la pandemia del coronavirus.
La novedad de este año es que al menos medio centenar de agricultores podrán reunirse el día de la festividad, el 15 de mayo, para escuchar la tradicional misa en recuerdo a la querida figura del santo de los labradores, según ha adelantado el presidente de la hermandad, Eugenio Díaz.
La Eucaristía se celebrará casi con toda probabilidad en la ermita de Alarcos (está de obras), donde se guarda la imagen de San Isidro todo el año, y en cuyo exterior se desarrolla cada año la procesión con el titular de la entidad para la bendición de los campos.
Podrán participar en la ceremonia religiosa medio centenar de hermanos, que serán los primeros que se hayan apuntado para asistir –se tendrá en cuenta el orden de inscripción-, además de las autoridades municipales.
“Contamos con un aforo reducido de 50 personas, que a lo mejor se amplía”, ha señalado Díaz, antes de reiterar que al igual que en 2020 “no hemos podido celebrar los diferentes concursos (arada, habilidad con el tractor, lanzamiento de reja,…) ni la comida en la Finca de La Frasca, ni por supuesto la entrega de premios ni la comida de hermandad”.
Demanda de agua
Al margen de las celebraciones y desde el punto de vista reivindicativo, Díaz ha dicho que el agua para riego es su principal demanda, necesaria para el desarrollo de la agricultura como sector económico y estratégico.
“La reducción este año de los cupos a la mitad es desarmar una explotación”, ha protestado, porque sin este recurso “no tenemos rentabilidad”.
Díaz ha rechazado que los recortes en las concesiones de aguas subterráneas “sea una de las pocas cosas que han legislado”, mientras que “para otras no han tenido tiempo”.
Respecto a los precios de los cereales, “no están mal”, aunque ya “hayamos perdió el 50% de la cosecha”, precisamente, por la reducción en las concesiones de agua del acuífero del Campo de Calatrava.
“Nos tratan como si hiciéramos actos criminales”, con multas, ha recordado, “de hasta 50.000 euros, mientras una explotación media puede dar unos beneficios brutos de entre 30.000 y 40.000 euros».
San Isidro: temporero, zahorí y pocero
Respecto a la figura de San Isidro, Díaz ha ensalzado su vida, pues fue un labrador madrileño “de origen mozárabe y muy caritativo”. Según sus lecturas, era un temporero, zahorí (quienes buscan agua en el campo) y pocero, y su sueldo lo dividía en tres partes: para la iglesia, para dar limosnas a los menesterosos y para su familia.
“Parece que hizo milagros en vida, fue muy seguido en Madrid, y su cuerpo se enterró en la iglesia de San Andrés”; ha relatado el presidente de la Hermandad de San Isidro de Ciudad Real.
Díaz también ha resaltado su canonización en el mismo acto “con cuatro gigantes”: Santa Teresa de Jesús, San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier y San Felipe Neri (todos españoles, menos éste último).
En cuanto a la figura que veneran los agricultores ciudarrelaños es una obra del escultor Joaquín García Donaire, una talla de madera que fue estrenada en 1961.
Fue una de las tres obras de imaginería que el artista realizó en la provincia, junto con el Resucitado de la capital y otra imagen en Valdepeñas.
La anterior imagen, ha explicado Díaz, era más pequeña, y ahora está en la pedanía de Las Casas.
Los actos de celebración de San Isidro en Ciudad Real eran organizados por la Cámara Agraria y, tras su desaparición, fue constituída la actual hermandad en el año 1993.