Carmen Quintanilla, presidenta nacional de Afammer (Asociación de familias y mujeres del mundo rural), lanza un mensaje claro y contundente en este 25 de noviembre, Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres: “Una vida de maltrato es una vida perdida”. Este año, 40 mujeres han sido asesinadas en España por sus maltratadores, 19 de ellas en zonas rurales. La mayoría no había denunciado, lo que refleja una realidad preocupante: en los entornos rurales, los abusos permanecen silenciados por el miedo, la vergüenza o la dependencia económica y psicológica. “En los pueblos pequeños, todavía importa el qué dirán, la familia, y muchas mujeres soportan hasta 25 años de violencia sin denunciar”, lamenta Quintanilla.
Además de la violencia física, Quintanilla advierte sobre el aumento de la violencia digital, que afecta gravemente a mujeres y niñas rurales. “Esta forma de acoso, con ciberacoso y la difusión no consentida de imágenes, está cada vez más presente, sumando nuevas formas de sufrimiento”, explica. En recientes jornadas celebradas en la Facultad de Letras de la UCLM, Quintanilla enfatizó la necesidad de fortalecer los marcos legales, mejorar la educación y los servicios de apoyo para proteger a las víctimas. “La violencia digital no escapa al medio rural y debemos trabajar para combatirla”, afirma.
Afammer impulsa iniciativas clave como “Raíces para crecer”, un programa destinado a construir comunidades rurales libres de violencia contra las mujeres. Además, la asociación a través de talleres virtuales y coloquios presenciales, ofrecen apoyo psicológico, legal y social, además de fomentar debates para sensibilizar y formar a la población. “Nuestro compromiso es firme: romper el silencio y dar herramientas a las víctimas para salir adelante”, asegura Quintanilla.
En el marco de las actividades del 25N, Quintanilla destaca que no solo se enfrentan las problemáticas locales, sino que se aborda un desafío global. Según datos de la OMS, una de cada tres mujeres en el mundo sufre violencia en alguna de sus formas: violencia física, sexual, acoso, matrimonios forzosos o incluso ablación genital. “Esta lacra no conoce fronteras y debemos combatirla con más compromiso presupuestario, políticas eficaces y campañas de sensibilización”, subraya.
El 27 de noviembre Afammer participará en una nueva jornada en la Facultad de Letras y además, estos días presentará un manifiesto que refuerza la necesidad de continuar esta lucha sin descanso. “Días como el 25N nos recuerdan que hay que seguir denunciando y trabajando hasta erradicar la violencia hacia las mujeres, especialmente en el medio rural, donde muchas veces no encuentran apoyo ni recursos para salir de estas situaciones”, concluye Quintanilla.