Valdemanco del Esteras, un pueblecito de la comarca de Almadén de 170 habitantes al que no ha llegado el coronavirus, con el 80% de sus vecinos de avanzada edad, ha recuperado la línea telefónica este lunes, tras la Semana Santa más triste que recuerdan.
“La mayoría de los vecinos, que tienen la línea fija asociada al teléfono móvil de Vodafone, han estado cinco días confinados e incomunicados en casa, lo que ha agravado los problemas de soledad”, explica la alcaldesa Julia Manzano, de las pocas que sí han tenido teléfono porque tiene el contrato con otra compañía.
“Estamos hartos”
“Pero da igual, esta vez ha sido Vodafone, otra es Movistar, las averías se repiten con frecuencia, apenas tenemos datos móviles fuera de la wifi, no podemos seguir consintiendo un servicio de segunda cuando pagamos lo mismo que el resto de usuarios, estamos hartos”, denuncia Manzano, algo más calmada que estos días de Semana Santa en los que la gente le pedía explicaciones al Ayuntamiento.
Ya es bastante que los mayores no salgan de casa, “aquí se les lleva lo que necesiten a domicilio”, afirma, que no les visiten sus familias, “pero que además no hayan podido ni comunicarse con ellos en toda la Semana Santa, en plena era tecnológica, no es comprensible”.
“Una avería gorda”
La compañía no ha reparado hasta este lunes la “avería gorda” (es lo que le han explicado a la alcaldesa) por falta de personal. “Ya desde el jueves nos dijeron que estaban con servicios mínimos y que sería difícil arreglarlo antes”. La alcaldesa agradece también la colaboración de Junta y Diputación, que les han ayudado en esta crisis, pero hasta hoy no han recuperado el teléfono.
Al margen de este incidente del teléfono Valdemanco se protege de la pandemia extremando la desinfección de calles y limitando las salidas de sus mayores. Ni siquiera va el médico estos días, las recetas de medicamentos se piden por teléfono y de la gestión se encarga la alcaldesa. “Queremos mucho a nuestros mayores y no queremos que se contagien”, afirma.
Entre esos mayores de este pueblo del suroreste de Ciudad Real de paisajes idílicos hay varias personas nonagenarias, una de ellas de 96 años.