“El Ayuntamiento de Valdepeñas siempre paga”. El alcalde de Valdepeñas, Jesús Martín, ha anunciado que el Ayuntamiento abonará los 6 euros que debe a la Hermandad de la Virgen de Consolación desde 1901. Se trata de la deuda más antigua que tiene el Consistorio, descubierta “hace escasas fechas”.
En el libro de cuentas de la hermandad figuran las aportaciones realizadas para costear un manto que ascendió a 12.148 pesetas de la época. Aparecen desde una aportación de 1.000 pesetas hasta otra de 5 céntimos. El tesorero apuntó que el Ayuntamiento debía 1.000 pesetas, dinero que prometió y aún no había pagado.
El alcalde de Valdepeñas ha destacado que “aunque hayan pasado 117 años es de justicia pagar las 1.000 pesetas”, es decir, 6 euros según la moneda actual. Por supuesto, el acto es anecdótico, ya que será sin tener en cuenta el valor que tenían esas 1.000 pesetas en la época y sin intereses, ya que la hermandad nunca reclamó pago.
Campana por la coronación pontificia
Ahora bien, Jesús Martín ha indicado que, como compensación, el Equipo de Gobierno incorporará en los presupuestos municipales la compra de una campana grabada valorada en 45.000 euros por la celebración de la coronación pontificia de la Virgen de Consolación, patrona de la ciudad.
Tras destacar que “el Ayuntamiento paga tarde, pero paga”, el primer edil ha expresado que de esta forma “la hermandad se da por servida por los intereses con el costo de la campaña, aunque haya cometido durante 117 años la negligencia de no reclamar lo que suyo era”, ha expresado el primer edil. El pago de la deuda exigirá una modificación presupuestaria, que llevará el Equipo de Gobierno en el próximo pleno.
En otro orden, Jesús Martín ha explicado que el Ayuntamiento no financiará la coronación pontificia en sí, pese a la petición de la hermandad, ya que es un evento de carácter eclesiástico, aunque han invertido en cuestiones de patrimonio. El Ayuntamiento ha apoyado las obras en las iglesias del Santo Cristo, la Asunción y la rehabilitación de las pinturas barrocas del Convento de los Trinitarios.
Así pues, el alcalde ha apuntado que “sin patrimonio un pueblo no es nada”, por lo que todo el dinero dedicado a los entes eclesiásticos, tanto bienes muebles como inmuebles, “ha revertido en el conjunto de la ciudadanía por el enriquecimiento y puesta en valor de nuestra historia”.