El Estudio de Danza de Irene Campillo puso en escena en el Teatro-Auditorio Municipal “Francisco Nieva” de la Plaza San Nicasio de Valdepeñas el Gran Festival de Ballet de Irene Campillo los días 15 y 16 de junio, siendo ya 27 los años que lleva haciéndolo. La Asociación de Síndrome de Down “A-Down” ha destacado el buen trabajo de este festival y su apuesta por la inclusión.
Éste año el encuentro de la selección de fútbol de España con la de Portugal se cruzaron en el camino del primer día del festival y la asistencia de público se notó con respecto a lo que suele ser habitual. No obstante, ese día se superaron las expectativas más pesimistas y los asistentes superaron con mucho los tres cuartos del aforo. El sábado día 16, con la vuelta a la normalidad, quedaron muy pocas localidades sin vender, rozando el lleno casi absoluto.
“Los festivales de los que año a año hemos ido disfrutando, son la consecuencia del esfuerzo y el trabajo de una profesional como es Irene Campillo, que no deja que pase un año sin volver a sorprendernos y maravillarnos con sus puestas en escenas y sus decorados”, apuntan desde A-Down. “Además de todo lo que se ve en éstos festivales, también queda patente todo el trabajo, esfuerzo, disciplina y tantos y tantos valores que día a día aprenden los alumnos y alumnas en el Estudio de Irene Campillo”.
“A través del ballet clásico, con los años, los alumnos van adquiriendo las técnicas de baile. Así pues, volvimos a poder disfrutar de puestas en escena de números del más puro estilo clásico, donde se refleja el trabajo en el estudio, con el baile en puntas, con música “Heal the world” de Michael Jackson, con ejercicios de suelo y barra con la música “Perfect” de Ed Sheeran, y una gran variedad de ritmos y bailes de ballet clásico y ritmos y bailes de música actual en donde los más pequeños bailarines disfrutaron e hicieron disfrutar al público asistente y donde las bailarinas/es mayores nos muestran sus progresiones fruto del duro trabajo de estudio”.
El Festival, compuesto por 17 actuaciones, en las que también se puso en evidencia otro de los grandes valores que desde el principio ha sido signo de identidad del Estudio de Irene Campillo, la inclusión, “palabra tan de moda en éstos momentos, que Irene entendió imprescindible desde sus inicios y así, cuando en otros tiempos el ballet estaba reservado únicamente a cuerpos perfectos, cuyos cánones de belleza pudieran ser reflejados en el escenario, Irene apostó por “incluir” y no discriminar a aquellas personas que por su peso, tamaño, uso de gafas o por su discapacidad intelectual, no cumplían dichos cánones de belleza. Es así cómo los alumnos y profesora consiguen que con sus cambios de vestuario, alegría e ilusión volvamos a ver un año más el festival y, a pesar de llevar 27 ediciones, nos sorprenda como si fuese la primera vez que asistimos”.
“Por todo ello, volvemos a alegrarnos de poder presenciar un Gran Festival de Ballet en Valdepeñas. También es justo reconocer el esfuerzo de los padres y madres que colaborando en la organización de los cambios de vestuario y respetando las necesarias normas de seguridad, contribuyen a un espectáculo más vistoso y seguro”.