Los alumnos del IES Bernardo de Balbuena de Valdepeñas que cursaron 6º en los años 1960-61 visitaron el jueves, 11 de abril el centro, en un acto del que ha informado la Asociación de Antiguos Alumnos de este instituto. Desde esos años, muchos de ellos no se habían visto, por lo que este encuentro ha resultado un acto muy entrañable.
Asistieron al acto que se celebró en el salón de actos del centro: Gloria Fernández Calvo (en representación de la Asociación de Antiguos Alumnos del Bernardo de Balbuena), la profesora de Geografía e Historia Vicenta Ruiz-Poveda y el actual Jefe de Estudios Antonio Antonaya; y los alumnos Juan Fernández Cañadas (4º, 5º y 6º), Eugenia García-Rojo Alcaide, Ángela Hernández Benito, Francisco Vicente Laguna Peñuelas (5º y 6º), Carmen Mérida Aguilar, Luis Rodero Ruiz (4º, 5º y 6º), María Teresa Tejedo Tejedo, Sofía Bernardo Ródenas, Ángela Madrid Medina, José Manuel Delgado Nieto (4º y 5º), Manuel Galán Ruiz-Poveda y acompañantes.
Excusaron su asistencia los profesores Jesús Negro de Hinojosa (Educación Nacional y Física) e Inés Ibáñez (Música) y los alumnos José Miguel Aparicio Salmerón, Margarita Gallardo Galán, Francisco Jiménez Gómez, Santiago Navío Niño, María del Pilar Palacios Mejía, Jesús Romero Martín, María Isabel Jiménez Belda, Mari Carmen Paniagua Tébar y Amelia Jiménez
El Acto comenzó con las palabras de bienvenida de Gloria Fernández. Y en ausencia de la directora, Elisa Lozano, los alumnos fueron recibidos por el Jefe de Estudios, Antonio Antonaya, quien recordó que en el instituto siempre tendrán su casa.
Hubo un recuerdo para los alumnos que ya no se encuentran entre nosotros (Amador Alcaide, Francisca Jiménez Belda) y se leyó un escrito que Doña Inés mandó para que fuera leído a los asistentes en el que lamentaba su ausencia, no haber podido disfrutar personalmente del encuentro y agracedía a todos que se hubiera acordado de ella.
Después se proyectó un vídeo que era una retrospectiva de actividades culturales y artísticas (en su mayoría representaciones teatrales), que se han realizado en el instituto desde el año de 1935 a 2009, una auténtica recreación histórica.
Las primeras palabras de los asistentes las pronunció Vicenta Ruiz-Poveda, que recordó sus años en el instituto y, en especial, habló de la educación de la mujer en esos momentos.
A continuación, hubo un turno de palabra en el que intervinieron alumnos que recordaron con cariño a sus profesores y rememoraron sus vivencias estudiantiles.
Francisco Laguna, de quien partió la idea de esta reunión, contó los pasos seguidos para que ésta haya sido una realidad. Como desencadente del encuentro se refirió a las añoranzas de aquellos años vividos y haber llegado a sus manos una lista con el alumnado de 6º curso. Tras la laboriosa búsqueda de las personas de la lista y con el apoyo de Gloria, se consiguió que la reunión se haya hecho realidad. Laguna también comentó sus vivencias, el tan usado término “ya ha entrado el demonio en clase”, y como no, las excursiones a Cárdenas con Cecilio. Como nota destacable, mostró libros de texto de entonces.
Sofía Bernardo rememoró los años en el instituto, como ese tiempo constituyó una parte muy importante de su vida, lo que significaba encontrarse de nuevo después de tantos años, los profesores que más le influyeron (Vicenta, Cecilio, Rafael, Inés, etc.) y sus compañeros en un marco que aglutinaba bastantes pueblos.
Terminó el acto Juan Fernández Cañadas, señalando el privilegio de estudiar en un centro de enseñanza mixta, recordando la vida en el internado, en condiciones muy precarias y, sobre todo, recordó al profesor de matemáticas Gabriel García de la Chica, que le marcó y ayudó a razonar y amar las matemáticas en el resto de su trayectoria universitaria y a Cecilio que le aportó la humanidad que toda persona de Ciencias debe poseer.
Antes de abandonar el centro, se depositó un ramo de flores en la estatua de Cecilio Muñoz que se encuentra en el jardín del instituto y se realizó una foto de grupo.
El encuentro de alumnos tuvo su parte gastronómica en el Mesón “El Comendador”, donde la charla fluía como si el tiempo no hubiese pasado.
A las 17.50 horas se abandona este lugar. Se despidió el grupo pero se emplazaron para una próxima reunión, pues todos consideraron que habían pasado muy rápido esas horas del día 11 y que se debería repetir este encuentro.