El Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha ha desestimado la demanda presentada por Herminia Moreno contra la Consejería de Sanidad y Asuntos Sociales en reclamación del grado de discapacidad de su hijo Abraham, que sufre parálisis braquial obstétrica.
Cinco años de lucha lleva esta valdepeñera con la Junta de Comunidades. Por un lado, con el Sescam, por “negligencia médica” en el parto, y por otro, con Bienestar Social, por el reconocimiento del grado de discapacidad, que la permita acceder a la Dependencia, entre otras ayudas.
Los servicios periféricos de Ciudad Real reconocieron a Abraham en 2015 un grado de discapacidad del 20 por ciento, en base al dictamen técnico facultativo emitido por el Equipo Técnico de Valoración nº2 del Centro Base de Ciudad Real.
Sin embargo, Herminia demandó ante el Juzgado de lo Social nº3 de Ciudad Real el reconocimiento de un grado de discapacidad del 40%. Ahora, la sentencia en firme del Tribunal Superior de Justicia, con sede en Albacete, no reconoce ningún grado por deficiencias en el procedimiento utilizado por la demandante.
Tres intervenciones quirúrgicas y 580 euros al mes en terapias
Apenas quedan unos días para que Abraham cumpla cinco años. Su madre rompió bolsa el 22 de noviembre de 2014, la pusieron epidural y al final tuvieron que sacar al niño con ventosa en el Hospital Gutiérrez Ortega de Valdepeñas. Herminia recuerda que al salir su hijo “se le cayó un brazo”. Después supo que tenía afectados tres nervios.
Según explica Herminia, “la parálisis braquial obstétrica es la afectación del conjunto de nervios que están alrededor del cuello, denominado plexo braquial”, por un traumatismo producido durante el parto. La consecuencia es “pérdida total o parcial del movimiento en el brazo, y debilidad”. También produce problemas articulares, musculares y de espalda.
Pese a su corta edad, Abraham ya ha pasado tres intervenciones quirúrgicas y Herminia señala que en diciembre “lo más seguro que pase de nuevo por el quirófano, porque no avanza”. El porcentaje de recuperación disminuye a partir de los tres años, de manera que cada vez es más difícil.
De forma paralela, el pequeño asume una dura rutina diaria para garantizar su rehabilitación. Tiene que ir a fisioterapia, natación y va a terapia con un entrenador personal para fortalecer su musculatura. En total, Herminia señala que los tratamientos le suponen un sobrecoste mensual de 580 euros.
Difícil de afrontar esta cantidad en una familia monoparental con apenas 615 euros de ingresos mensuales, correspondientes al Ingreso Mínimo de Solidaridad. La valdepeñera reconoce que “es complicado compaginar los tratamientos de Abraham con el trabajo diario”. Con impotencia reconoce que está “asfixiada”.
“Un brazo con muchas limitaciones”
Fisioterapeuta infantil de la Clínica Firet de Ciudad Real, Francisco Javier Díaz confirma las deficiencias de funcionalidad que tiene Abraham en el brazo derecho. Así pues, señala que la lesión afecta a los nervios que van del cuello al brazo, por lo que tiene afectada la sensibilidad y la movilidad del brazo, el codo, la mano y los dedos.
En la vida diaria, la parálisis braquial obstétrica que sufre Abraham se traduce en “dificultad para agarrar cosas, doblar el codo, subirse un pantalón o peinarse con la mano derecha”. Francisco señala que “tiene un brazo con muchas limitaciones” y está obligado a tener “rehabilitación los siete días a la semana”.
Hasta los tres años es el periodo en el que resulta más eficaz la rehabilitación, porque el sistema nervioso está en desarrollo. Abraham los ha pasado, pero con rehabilitación y cirugías proseguirá la recuperación, aunque el fisioterapeuta advierte que “es muy difícil que recupere el 100 por cien de la funcionalidad”.
Alejandro, otro niño con parálisis braquial, consigue un dictamen favorable
Madre de un niño de veinte meses que también padece parálisis braquial derivada del parto, Yoana Sánchez lamenta que el reconocimiento del grado de discapacidad dependa de la voluntad de los facultativos y que haya tantas trabas administrativas. En su caso, tampoco pudo acceder en un principio a las ayudas por discapacidad al considerar que el estado de su hijo Alejandro era “un proceso agudo no valorable”.
Así pues, existen reticencias a la hora de reconocer el grado de discapacidad por la evolución de la parálisis, aunque advierte Yoana que “siempre deja secuelas”. “Esperan que tu hijo mejore para ver las secuelas y así valorar el grado de discapacidad”, señala Yoana indignada con la situación que sufren algunas familias como Herminia.
Conocedora de la situación que sufre la valdepeñera, Yoana confiesa que “no puede ser que haya personas que han pasado cirugías y tienen informes que avalan la parálisis y no consiguen la discapacidad, mientras que otros hasta sin pasar por cirugía la consiguen”. En su caso, los tratamientos que recibe su hijo le suponen “unos 400 euros al mes”.
Ella tuvo que esperar a la segunda revisión, este mismo año, para conseguir el reconocimiento de un 38 por ciento de discapacidad. El médico del Centro Base estableció un 33 por ciento de discapacidad, “porque pensaba que socialmente la necesitábamos” para afrontar el sobrecoste que suponen las terapias.
Después, el asistente social sumó otro 5 por ciento, válido durante tres años. En febrero de 2021 tendrán la siguiente revisión y el médico tendrá que valorar de nuevo el grado de discapacidad. En la actualidad, Alejandro Martín ha pasado por dos cirugías y en diciembre sabrá si tiene que pasar por el quirófano de nuevo.
Herminia no se rinde
Con la documentación clínica del Hospital Universitario La Paz de Madrid y apoyada en sentencias favorables a otros niños con parálisis braquial, Herminia Moreno confiesa a Lanza que volverá a pasar por el Centro Base de Ciudad Real y pretende tocar la puerta de todos los organismos judiciales.
Así pues, la valdepeñera reclama al menos el reconocimiento de un grado de discapacidad del 33%, que la permita acceder a las ayudas de la Dependencia y también acceder a los descuentos que realizan las asociaciones de discapacitados. “Hasta el último día de mi vida voy a seguir peleando por mi hijo”, expresa.
Por otra parte, el proceso judicial ante el contencioso-administrativo por “negligencia médica” todavía sigue en curso.