Hoy, 18 de noviembre, fecha en la que toda la comunidad educativa celebra el Día de la Enseñanza, los olmos añosos del colegio Lucero, de Valdepeñas han sido talados.
No sabemos exactamente cuántos árboles han sido derribados, pero sí hemos podido constatar por la presencia de maquinaria pesada y motosierras que han trabajado durante toda la jornada, que la tala se ha consumado.
Hoy es este el ejemplo de enseñanza.
Desde Ecologistas en Acción Ciudad Real, lamentamos estos hechos y con tristeza encaramos la dura realidad. Hoy es un día triste y no precisamente de celebraciones.
Sentimos enormemente la perdida de la masa forestal del colegio Lucero, la única con cierta frondosidad que se conservaba de entre todos los colegios de Valdepeñas.
Constatamos una vez más que no hay cariño ni respeto hacia los árboles que plantaron las generaciones que nos han precedido, para con frustración mirar a un futuro más desolador, sin sombra protectora cuando más se necesita.
Los niños del colegio público Lucero ya no podrán escuchar el canto de las oropéndolas entre la floresta de los árboles en las calurosas mañanas de mayo. Tampoco podrán disfrutar de los melodiosos trinos de jilgueros, verderones ni verdecillos. Cuando jueguen entre las canchas desoladas no podrán buscar el refugio sombreado de sus ramas.
Hoy constatamos que no ha sido posible el diálogo para buscar alternativas. Que los niños han perdido, que el futuro ha perdido y podemos decir con rabia, que un pueblo que trata así a sus árboles, está condenando a sus hijos al fracaso.
Hoy hemos perdido todos.