El Museo de la Fundación Gregorio Prieto de Valdepeñas volverá a abrir sus puertas al público a principios de 2021 o en primavera, tal y como ha declarado a Lanzadigital su director desde enero, Raúl Luis García. Además de ofrecer unas instalaciones reformadas, más accesibles y con una reorganización de la parte expositiva, también podrá visitarse la cueva que alberga este museo y que está en parte inundada de agua debido a las filtraciones de las aguas subterráneas.
Las obras para llevar a cabo la reforma del museo, que está ubicado en una casa manchega del siglo XVII, siendo un espacio patrimonial protegido, comenzaron en verano de 2019, cerrando parte del museo a las visitas. Después se cerró entero, por el confinamiento debido a la pandemia del coronavirus, se paralizaron las obras y se retomaron en julio, sin abrir al público y aprovechando para reorganizar el museo y llevar a cabo el inventario.
Las obras en el museo han consistido en sanear y pintar las paredes, reformar una de las salas y aislarla cambiando el suelo para que no le llegue la humedad de la cueva, se ha ampliado el almacén aprovechando el patio, colocando peines para guardar las obras y acondicionándolo en cuanto a condiciones de temperatura y humedad, mejorado la accesibilidad con rampas, salvaescaleras y ascensor, mejorado la eficiencia energética, consiguiendo un ahorro del 50% al cambiar al iluminación, que no emite temperatura y permite controlar la intensidad de la luz, se ha cambiado la instalación eléctrica, se han instalado cámaras y sensores de seguridad antiincendios…
“No hemos podido aislar el tejado y poner placas solares porque es un edificio histórico”.
Toda la obra se ha hecho con empresas de Valdepeñas. El presupuesto de estas obras supera los 600.000 euros, a falta de cerrar las cuentas.
El museo se abrió en los años 90 y desde entonces no se había realizado ninguna reforma significativa.

Plan museístico
El nuevo plan museístico ha supuesto guardar más obras de pintura y las aproximadamente 100 tallas de arcángeles de madera adquiridas por Gregorio Prieto, que deben ser restauradas, así como obras de otros artistas que tenía Prieto. Se expondrán obras del artista valdepeñero, fotografías suyas, obras que no estaban antes expuestas…
El museo cuenta con 4.730 cuadros de Gregorio Prieto, 2.700 fotografías artísticas, cientos de grabados y libros (114 libros publicados o en los que participó Prieto escribiendo, con fotos o grabados).
En una de las salas más grandes estará la obra gráfica en papel y los libros más importantes con fotografías, grabados, litografías, serigrafías…
Otra sala estará dedicada a la Generación del 27, de la que el artista valdepeñero formó parte, con dibujos de Lorca o Alberti que le regalaron a Prieto.
También habrá una sala pequeña que será una biografía, así como dos salas principales arriba con obra pictórica colocada por orden cronológico, desde sus primeros años, pasando por sus periodos en Italia y París, su periodo inglés, el regreso a España, los molinos, la Dama de Elche, los Toros de Guisando…
García ha comentado que algunas obras del museo se encuentran en exposiciones en el Museo de Arte Contemporáneo de Valencia, una selección de fotografías en la Red de Centros Culturales de Madrid y otra selección en AECID (Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo)
En cuanto al Certamen de Dibujo Gregorio Prieto, Raúl Luis García ha señalado que es intención de la Fundación mantenerlo como en las últimas ediciones, bianual, siempre que las circunstancias lo permitan. “Debería celebrarse en 2021. En las últimas ediciones contaba con un primer premio de 8.000 euros y un segundo premio de 4.000”.

Cueva
En cuanto a la cueva, que es del siglo XVI, el director del museo ha dicho que siempre ha estado con agua, salvo en algunas ocasiones en las que ésta se ha extraído, como en los años 90 cuando hubo una sequía y hacía falta agua, ya que es potable. Se debe a las filtraciones y se va a dejar así, porque es difícil eliminar dichas filtraciones.
“La cueva tiene una estabilidad en cuanto al nivel del agua. No es peligroso para que se inunde completamente”.
Se ha construido una escalera para acceder a la cueva, para que sea visitable, una vez que se obtengan los permisos para ello.
En la cueva hay tinajas del siglo XVII.
Para evitar que la humedad de esta cueva llegase a una de las salas de exposición, se ha superpuesto un suelo elevado con una cámara de aire para que, cuando la humedad suba, se almacene en la cámara y salga hacia el exterior del edificio mediante un sistema de rejillas. Un paso para ganar la batalla a las humedades y que no afecte ni a la sala ni a las obras.






