Verdaderamente sentí no poder asistir a la celebración de un espacio que ha sido remodelado, y adaptado, por el empeño de la Fundación que preside Concepción García Noblejas, para la catalogación y museización de la obra de Gregorio Prieto: Fundación que, todo hay que decirlo, fue creada y firmada, ante el Notario José Antonio García-Noblejas, en la Cueva de Medrano de Argamasilla de Alba, el 12 de marzo de 1968.
Muchos mimbres se han tejido desde que se inaugurara, en 1990, el mencionado Museo en Valdepeñas. Pero merecía la pena que, los que dirigen tan importante Fundación, y el Director de la Pinacoteca, Raúl Luis García, impulsaran una inversión de 600.000 €, a cargo de fondos privados, para dotar con excelencia el Museo de bellas artes particular más importante de nuestra Región.
Bien lo merece el artista que, desde su luz creativa, dio vida a una obra singular y excepcional. Para Argamasilla de Alba es indudable la importancia que tuvo la presencia de este polifacético artista, no sólo por las actividades que organizó en el tiempo que vivió en nuestro pueblo: tan notables e imaginativas como su persona, sino el componente “quijotesco” que tuvieron todas ellas. Mucho tuvo que ver en dichos proyectos el escritor Pascual A. Beño, el cual supo apreciar la importancia que para nuestra localidad tenía la estancia de tan excepcional creador, coadyuvando, junto con el Ayuntamiento, entonces dirigido por Gerardo Serrano Parra, para que la fértil imaginación del pintor tuviera cauces para su expresión.
Como fue reunirse, en mayo de 1961, con la antigua institución de “los académicos”, prometiéndoles ilustrar el título burlesco del final de la I parte de don Quijote: “Académicos de la Argamasilla”; promesa que como siempre cumplió y actualmente se puede ver el cuadro en la sala de la Casa de Cultura que lleva su nombre.
Tres o cuatro meses más tarde de lo que narramos, Gregorio se encierra en la famosa prisión cervantina para, según sus propias palabras, desagraviar a Cervantes por lo que allí había sufrido, escribiendo el prefacio de un quijote dedicado a bibliófilos, cuyo primer ejemplar, valorado en aquellas fechas en un millón de pesetas, ya se lo habían pedido tres de las más importantes bibliotecas cervantinas que por entonces existían; originales que presentó, un año después, en la Biblioteca Nacional de Madrid. Algunos de estos dibujos, según nos explicó en su día el que fuera director del Museo de Prieto: Vicente Nello, habían sido hechos en años anteriores, apareciendo en el libro «La Mancha de Don Quijote», editado en 1953.
La idea de escribir no era nueva en Gregorio Prieto; pues anteriormente ya había publicado varios libros de versos. En este caso, los textos escritos en la famosa Cueva los titularía: «Cartas desde la cárcel de Cervantes»; epístolas dedicadas a diversas personalidades del mundo artístico e intelectual de las que ya tenía apalabrada su publicación en ABC y Blanco y Negro; donde era asiduo colaborador.
Un año después de esta aventura, 1963, nuestra localidad celebró el I Centenario del Quijote impreso por Ribadeneyra en la famosa prisión de Medrano, libro que fue prologado por Harzenbuchs. Para la ocasión, la Biblioteca Nacional monta en su recinto una exposición de pintura y otra de bibliografía del Quijote. Por su parte, Prieto expone las litografías que ilustran su monumental Quijote, en edición especial para coleccionistas. Según anota Vicente Nello: “La edición constaba de 12 ejemplares, con 17 litografías numeradas y firmadas, impresas en el taller madrileño de Dimitri Papageorgio. Estas ilustraciones iban acompañadas de los textos correspondientes con grandes capitulares realizados por el artista. Fue su forma de rendir homenaje a La Mancha”.
Cinco años más tarde, 1968, como ya hemos anotado, el artista lega toda su obra al pueblo español por medio de una Fundación que lleva su nombre. Fue el propio pintor de los molinos el que quiso que el Acta notarial se firmara en la Cueva de Medrano. Por su parte, el Ayuntamiento de Argamasilla de Alba, le concede la Medalla al Mérito de la Villa y conmemora la fecha con la colocación de una placa en el interior de la llamada “prisión de Cervantes”. Asistieron al acto numerosas personalidades.
En 1971, Biblioteca Nueva, le edita al pintor su magistral Quijote. Y en 1972 Argamasilla rinde un emotivo homenaje a tan gran artista, nombrándolo Hijo Adoptivo y Predilecto y concediéndole la Medalla de Oro de la Villa. En este caso Prieto regala al pueblo de Argamasilla 17 obras para que permanentemente estuvieran expuestas en la Casa de Medrano.
Tres años más tarde, el artista organiza en nuestra localidad el “Homenaje de Amor y Desagravio de las Mujeres a Miguel de Cervantes Saavedra”. La idea era que la mujer homenajeara al autor del Quijote, el cual, según la tradición de Argamasilla, había sido encerrado en prisión por haber dirigido un requiebro a una dama de la localidad.
Cientos de mujeres se sumaron a la iniciativa. Entre ellas las poetas y escritoras: Elena Andrés, Pureza Canelo, Carmen Conde, Gloria Fuertes, Concha Lagos, Paloma Palau o Sagrario Torres. Como gesto simbólico, Prieto, que había invitado a Santa Teresa, Isabel la Católica y a la Dama de Elche, entre otras mujeres que ya eran personajes históricos, recibió la grata sorpresa de la presencia de la propia Dama de Elche en persona, ataviada con todos los elementos de la escultura ibérica: joven que venía acompañada de un nutrido grupo de autoridades de la ciudad alicantina y representantes de la Orden de Damas de dicha ciudad.
Estos son algunos de los hechos más sobresalientes del genial Gregorio Prieto en Argamasilla de Alba. Por todo lo anterior nos congratulamos, y celebramos, que el Museo que lleva su nombre, después de dos años de intenso trabajo, haya sido inaugurado para que la obra del pintor, uno de los más influyentes del s. XX, y la de tantos amigos artistas que tuvo: obra que fue reuniendo y atesorando durante años, se sume a la de Gregorio Prieto: en total unas cinco mil obras, para que se conserven y puedan ser admiradas para que la cultura nos siga acompañando. Laus Deo.