Desde la riada del 1 de julio de 1979 en Valdepeñas, que costó la vida a 22 personas, dos de ellas niñas, y provocó más de una treinta de heridos leves y cerca de 2.000 millones de pesetas en daños materiales, han pasado ya 43 años.
El suceso fue consecuencia de un fuerte aguacero de cuatro horas y media de duración, que se inició a las 15.10 horas y acabó a las 19.45 horas. Se calcula que cayeron 150 litros de agua por metro cuadrado. Valdepeñas fue foco informativo a nivel nacional entonces.
Cuando se cumplieron 38 años de la tragedia, Lanza habló con Eduardo Merlo, el escritor de “Riada de 1979. La tragedia de un pueblo”, ejemplar que recoge lo más destacado de lo que la ciudad vivió entonces.
El libro es un trabajo periodístico de recolección de datos a través de la prensa de los artículos publicados en días posteriores a la riada, así como de la información de los archivos (actas municipales, Ministerio de Gobernación…) y una muestra de algunos de los testimonios de los testigos más directos.
Merlo indicó que “Valdepeñas fue el foco informativo a nivel nacional. La riada fue un domingo y el lunes no había periódico. Estaba “La hoja de los lunes”. Así los primeros días la noticia se publicó de manera pequeña y después hubo más información gracias, sobre todo, al delegado de Lanza en Valdepeñas, Ramón Fernández. Por Lanza se enteró El País y el suceso ocupó las portadas de todos los periódicos el martes (El País, ABC, Diario 16, La Vanguardia…)”.
El Ayuntamiento de Valdepeñas inauguró en 2016 una escultura mural en homenaje a las 22 víctimas de la riada en la avenida Primero de Julio. En 2009 el Consistorio también realizó una exposición conmemorativa en la que, además de rescatar imágenes de las trágicas consecuencias de la riada, se mostraban las medidas tomadas por las administraciones en los últimos años para evitar este tipo de catástrofes.
Así, en los últimos años, el Ayuntamiento ha trabajado en el Plan de Tormentas para evitar que vuelvan a ocurrir riadas de este tipo, realizando cuantiosas inversiones.
Con motivo del cuarenta aniversario del suceso, Lanza recuperó el reportaje escrito por Manolo Valero, escrito cuando se cumplieron 30 años de la riada.
Asimismo, a lo largo de estos años, Lanza ha recogido testimonios de diversos valdepeñeros que vivieron la tragedia, como Carlos, el niño que fue tragado por las aguas junto al hombre que trató de salvarlo hasta que el agua los devolvió. El pequeño pasó varios días hasta regresar con su familia, que ya que le daba por muerto.