Hace un año que falleció el valdepeñero Francisco Nieva, autor teatral, escenógrafo y académico. Su carrera ha estado llena de reconocimientos, entre los que destaca el Premio Príncipe de Asturias en 1992 o el Premio Nacional de Teatro (1980 y 1992). En 1983 fue nombrado Hijo Predilecto de Valdepeñas y en 1993 el ayuntamiento de esta ciudad le concedió la Medalla de Oro de las Letras.
El alcalde de Valdepeñas, Jesús Martín, que el año pasado publicó en Lanza un artículo sobre Nieva, conoció de cerca de este dramaturgo, sobre todo, cuando la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha le encargó que escribiera sus obras completas. El primer edil ha hablado con Lanza sobre este ilustre valdepeñero.
Pregunta. ¿Qué ha significado Paco Nieva para Valdepeñas?
Respuesta. El siglo XX ha sido bueno para Valdepeñas en cuanto a proyección. Una ciudad se proyecta en la medida en que son capaces de proyectarla los que en ella nacen y viven y en el siglo XX la ciudad ha tenido a Gregorio Prieto en el mundo de la pintura y, más recientemente, a Óscar García Benedí, y al maestro de la poesía manchega que fue Juan Alcaide, así como la poetisa Sagrario Torres. Luego a un académico de la lengua, Premio Príncipe de Asturias y dramaturgo como Francisco Nieva.
En la medida en la que estos personajes han estado marcando las artes y el pensamiento español en el último tercio del siglo XX y ninguno se ha avergonzado de decir que era valdepeñero, eso le ha dado la ciudad una imagen mágica de ciudad creativa, culta, que la ha proyectado hacia el exterior.
Para cualquier estudiante de mi época que iba a Madrid a los cenáculos de la cultura y decía que era de Valdepeñas, la gente le decía, “ah, de donde es Paco Nieva, de donde es Gregorio Prieto”. Consiguieron referenciar la ciudad a través de su propia existencia.
Valdepeñas se tiene que sentir tremendamente orgullosa de haber tenido esos referentes que la han proyectado al mundo.
En cuanto a Paco Nieva, la última representación que yo le pude ver de él la había hecho la Compañía Nacional Polaca.
La gente que escribe entorno a creación literaria y dramática, cuando busca autores que reflejen el español en su esencia refinada, de remordimiento, aparece Paco Nieva. Por tanto, cuando en un escenario de Europa se está representado una obra de Paco Nieva, ahí está Valdepeñas, porque cualquier programa de mano hace referencia al origen del autor. Si tuviéramos que pagar eso con publicidad, no tendríamos para soportar el gasto.
P. ¿Se ha programado algún acto para conmemorar el aniversario de la muerte de Paco Nieva?
R. El Ayuntamiento de Valdepeñas tenía previsto celebrar junto con la Consejería de Educación y Cultura una macro exposición, pero el heredero de sus derechos de autor, el que ha sido su pareja, estima que es demasiado pronto para hacer una exposición y la ha parado porque considera que hay que darle más tiempo y poder hacer algo que se rija desde la razón y no desde la emoción. No nos ha quedado más remedio que respetar el criterio de quien debe darnos el visto bueno para poder utilizar la imagen de Paco.
P. La ciudad cuenta con varios edificios que llevan su nombre y se le han hecho varios reconocimientos.
R. Valdepeñas dedicó a Francisco Nieva el Teatro Auditorio de la Plaza San Nicasio y el Auditorio de la Plaza Veracruz, que llevan su nombre. Se lo dedicamos en vida porque tener un Premio Príncipe de Asturias y de Arte Dramático y que el teatro no llevara su nombre no se entendería. El Auditorio de la Veracruz fue un homenaje del que fuera alcalde de la ciudad, Esteban López Vega, y se puso de largo con una adaptación de Nieva de una obra de otro autor, “El Escorial”.
Uno de los institutos de la ciudad también lleva su nombre, su imagen está en el trampantojo del Centro Cultural “La Confianza”, junto a otros ilustres valdepeñeros, el escenario de las Fiestas de la Vendimia y el Vino de este año ha sido un homenaje a él, ya que una fotografía suya lo ha presidido, un homenaje al valdepeñero que más vacío nos ha dejado en cuanto a lo que supone de proyección y de identidad.
Muchas de sus obras están llenas de dejes y dichos valdepeñeros. Se las oía yo a mi madre y son las que le contaba su madre a él como “hijo mío, me vais a quitar la vida”, “no se tenía que morir nadie sin pasar lo que yo estoy pasando”, “válgame Dios”, “amos calla”…, que están tan presentes en sus obras.
Asimismo Nieva fue nombrado Hijo Predilecto de Valdepeñas y recibió la Medalla de Oro de la ciudad. Pocas veces se dará el título de Hijo Predilecto a alguien tan merecido.
Más allá de estas cosas, a Paco Nieva lo estudiarán los niños como a Valle Inclán, a Lorca y a otros autores de la literatura contemporánea. Ya es estudiado y lo va a ser más. Lo tomarán como referencia.
Pero Paco quería al pueblo sin más. Le gustaba Valdepeñas, venía, tenía familia y amigos. Aunque no le hubiéramos dado nada, no hubiera dejado de ser de Valdepeñas.
La Ítaca de Paco Nieva era su pueblo. Siempre tenía que volver.
Quien quiera entender la importancia y la impronta que el mundo valdepeñero tiene en la obra de Paco Nieva, tiene que leer sus memorias, “Las cosas como fueron”. Además de ser muy divertidas, porque las cuenta con la socarronería que tenemos los valdepeñeros. Sale de Valdepeñas y acaban en Valdepeñas.
Los valdepeñeros no nos tenemos que arrepentir de no haber llegado a tiempo, de tenerlo, de disfrutarlo, de homenajearlo, de haberle dado la máxima distinción que un pueblo puede dar a un hijo.
P. ¿Cómo conoció a Paco Nieva?
R. Yo conocí a Paco con 17 años. Estaba en Madrid y escribí una crítica en Lanza de una obra suya. Cuando vio la crítica que le había escrito, me escribió una carta manuscrita y fui a conocerlo.
Me hablaba de su madre, de su pueblo, de los barrios de la ciudad. Tenía una imagen muy romántica del pueblo pero muy ajustada a la realidad del momento.
Me encargaron ser el editor y redactor de sus obras completas, lo que me tuvo unos dos años en su casa comentando textos.
Era muy valdepeñero. A veces es difícil describir la obviedad cuando uno ha estado al lado de lo obvio.
Paco Nieva en vida tuvo una dicha enorme y es que fue estudiado en los libros de texto. Es el autor dramático del siglo XX, sin lugar a dudas.
La dramaturgia española, sobre todo lo referido a la literatura dramática, ha tenido en el siglo XX a referentes como García Lorca, más disciplinado en la poesía, o Valle Inclán.
Pero el autor más completo de la literatura dramática española es Francisco Nieva. Es el autor que será referente para las nuevas generaciones.
P. ¿Cómo fue su vida y qué tiene el teatro de Paco Nieva?
R. Hay que situarse en la familia de la que venía, una familia burguesa humanista del siglo XIX. Su padre había estado muy implicado en la política del siglo XX. Un tío suyo llegó a ser ministro de la Segunda República y su padre fue gobernador civil de Toledo. Esto significa que tanto él como sus hermanos se educaron desde muy jóvenes con conocimientos de la literatura, la música y la pintura.
Paco y su hermano Ignacio me contaban que ellos habían leído “El Quijote” a través de las láminas de los grabados de Gustavo Doré. Eran como los dibujos animados de la época.
Su madre tocaba el piano. Todo eso genera una sensibilidad muy particular.
Su primera niñez y adolescencia estuvo muy unida a la tragedia de la historia de España Contemporánea. Tras la contienda civil, el que su padre y su tío sirvieran a la República les hizo ser cautos y aunque no se vieron inversos en represión y sangre, eran enemigos públicos en potencia. Así sus padres se fueron a Despeñaperros, que Nieva retrató en una obra teatral, basándose en la novela de siglo XIX “El Manuscrito encontrado de Zaragoza” de Jan Potocki.
Su vida le generó un conocimiento del mundo el arte, la literatura y la sensibilidad que, en una España de Postguerra, con olor a pringue y el único color que había era el ocre de los escombros de las casas derruidas y el luto de las sotanas de los curas, le generaba una situación muy asfixiante. Se fueron a Madrid, primero a la calle Atocha.
Contaba con humor pero con angustia que una vecina salía al patio de luces a tender y cantaba el “Cara al sol” para amedrentarles.
Tuvo en el mundo una residencia feliz porque las cosas no le fueron tan mal. Conoció el reconocimiento en vida, pero al mismo tiempo tuvo una vida angustiosa. Tuvo que salir de España para respirar.
Conoció a Luchino Visconti, al Neorralismo Italiano, contaba aventuras de Venecia. Le acompañó su amigo pintor Ginés Liébana. Eran dos bohemios españoles nacidos de una posguerra en un mundo que ya estaba a años luz de lo que estaba España.
Le encargaron la escenografía de Cinderella (Cenicienta) para la ópera de Berlín. Ahí adquirió una proyección como escenógrafo muy grande, que le venía de que cuando se fue a Francia y se reunió con los surrealistas del momento y se incorporó a un movimiento pictórico que se llamaba el Grupo Cobra. Parte de los cuadros de ese movimiento están en Valdepeñas porque los donó al Museo Municipal.
Por lo tanto, tenía un gran conocimiento de las artes plásticas y el mundo que vivió de ocres y negros, atormentado, le generaron todo ese mundo, que después ha sabido proyectar tan bien en la pintura y la literatura. Pero en realidad, él, que escribió siempre, fue muy tímido para dar a conocer su obra dramática.
Consiguió de regreso de Europa incorporarse al Centro Dramático Nacional como profesor de escenografía y estrenó en un final de curso con alumnos su primera obra de sombras chinescas que se llama “Es bueno no tener cabeza”.
Se empezó a conocer su teatro. En la Transición tenía hambre y sed de justicia y de modernidad. Los que habían sido los autores malditos como Nieva, comenzaron a ponerse de moda.
La primera obra que realmente se pone en escena y recibe el reconocimiento de la literatura española es “Coronada y el toro”, que es una producción teatral.
A partir de ahí, ha tenido sus idas y venidas. Dependiendo de las modas se ponía más o menos su teatro.
Poner en escena el teatro de Paco Nieva para hacerlo como él lo diseñaba y en sus acotaciones de obra pone, sería hacer producciones muy caras. Por lo tanto, no es un teatro comercial. Ahora que él ya no está habrá producciones que se ajusten a como él las diseñaba y para ser más comercial, necesitará adaptaciones para poder ser puesto en escena.
Paco también es muy de artefactos. Como había tenido acceso a la literatura. Su madre le leía a Calderón como un cuento de Caperucita Roja, pues Paco tiene toda la esencia de lo mejor de la literatura española. Desde el Siglo de Oro a la parte Modernista, a la España de espejos cóncavos de Valle Inclán. Él supo digerir todo eso en una coctelera y al mismo tiempo hacerlo contemporáneo con un lenguaje de una literatura de protesta y poética.
P. ¿Cómo era Nieva?
R. Era un genio. Te podías pasar horas y horas al lado de él escuchándole. Pero era un ser muy normal, una persona muy melancólica, que llevaba muchos recuerdos de su inmediato pasado, que no siempre le fueron felices y que lo sumergían en una tristeza melancólica y de silencio que, a veces, generaba cierta angustia cuando estabas a su lado.
Sobrevivió a la España del siglo XX como muchos españoles. Dejó que el tiempo pasara sobre él, conforme venían los tiempos marcados. Rara vez podía sustituir esa realidad en la que vivía.
Paco es el autor dramático de referencia del siglo XX. Las inversiones que ha hecho en el mundo de la escenografía han creado escuela.
En la parte de la literatura no deja de ser una proyección más de lo que era su obra y su compendio barroco literario. Sus novelas tienen mucho de su vida existencial, adornándola, edulcorándola con la imaginación, pero todas están basadas en su propia tragedia como ser humano.