La Cofradía de Nuestro Padre Jesús Caído y María Santísima de la Esperanza recuperó este año la participación en la procesión del Corpus Christi con un altar en la calle Unión, a la altura de las dependencias de Cáritas Interparroquial.
El altar incluyó un misal romano del siglo XIX, que junto a otros ornamentos cedió para la ocasión por la hermana Clara García Nocedal, propietaria de la capilla de San José, que tan vinculada se encuentra con esta corporación penitencial.
De igual forma, el vicesecretario y hermano, Juan Ginés Rodrigo, aportó una talla de la Virgen de la Esperanza y de la Salud, obra del imaginero sevillano, Ángel Luis González Tejera, donde figuran el escudo corporativo y colgaduras de brocado, junto a otros símbolos eucarísticos.
Todo ello en un día de celebración en el que esta Cofradía del Caído y la Esperanza quiso unirse a la adoración a Cristo presente en la eucaristía con testimonio de fe.
Cánticos y vivas
A la llegada de la Custodia, según explicó la cofradía en nota de prensa, el cura párroco de la Asunción de Nuestra Señora, Enrique Galán Ruedas ofreció una oración y pidió por todos los caídos que siempre han encontrado en la esperanza su fortaleza de fe y su principal refugio.
La representación de la cofradía del mediodía de Viernes Santo portó la bandera del centenario para acompañar el cortejo procesional en donde el Santísimo Sacramento del Altar recibió cánticos y vivas, hasta concluir en el templo parroquial de la Asunción con la bendición.
Además, la Cofradía de Jesús Caído y María Santísima de la Esperanza se encargó de distribuir por una parte del recorrido el hinojo que previamente había sido preparado para tan solemne ocasión.