La Real e Ilustre Archicofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno Rescatado y Nuestra Señora del Mayor Dolor en su Soledad comenzaba así su estación de Penitencia pendiente de las inclemencias climatológicas pues había riesgo de lluvia. Por ello, la Junta de Gobierno decidió recortar el recorrido de la procesión. En varios puntos del recorrido la lluvia hizo acto de presencia muy tímidamente, gracias a Dios que así fue.
Largas filas de penitentes con túnica morada y cirio rojo alumbraban el caminar de Nuestro Padre Jesús Nazareno Rescatado y de Nuestro Padre Jesús con la Cruz que se dirigían hacia la Plaza de España donde se encontrarían con su madre, Nuestra Señora del Mayor Dolor en su Soledad que saldría desde la Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora.
Cabe recordar que la Virgen había sido trasladada el mediodía de Jueves Santo desde la Casa-Hermandad hasta el templo de la Asunción.
Una vez llegados a la Plaza de España, y en plena Carrera Oficial, las gradas abarrotadas de fieles fueron testigos del encuentro entre madre e hijo en una noche llena de plegarias con lágrimas en los ojos y siempre teniendo presente a nuestros seres queridos, los que están y los que partieron hacia la casa del Padre.
Una vez realizado el encuentro, la procesión seguiría su camino por calle Real hasta llegar a la plaza de la Vera Cruz, sitio donde tuvo lugar el saludo a la Archicofradía por parte de la Antigua, Humilde, Fervorosa y Piadosa Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Misericordia y María Santísima de la Palma, Reina de los Mártires que horas antes acababa de finalizar su Estación de Penitencia.
Seguiría por calle Torrecillas, 6 de Junio, Cristo, Virgen y finalizaría en el Convento de los Padres Trinitarios donde numerosos fieles y devotos de la Archicofradía recibían entre lágrimas y oraciones a las sagradas imágenes que majestuosamente eran portados en sus respectivos tronos a estilo malagueño por hombres y mujeres de trono.
En torno a las 8 de la mañana regresaba la Archicofradía de nuevo a su templo, hora y media antes de lo habitual debido a la amenaza de lluvia que existía en la madrugá de Viernes Santo.
Sin duda una de las madrugadas más esperadas por los cofrades de Valdepeñas y pueblos de alrededor.