El portavoz del Grupo Municipal Popular de Valdepeñas, Martín-Miguel Rubio, ha enviado una nota de prensa a los medios de comunicación en la que insiste en que su grupo considera “agresiva” la restauración de la Iglesia de la Asunción de la localidad.
Señala que Gloria Ciudad, arquitecta que pilota la restauración de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, hizo unas declaraciones a través de un escrito hace unos de días a los medios locales y provinciales en las que “valoraba críticamente a modo de respuesta nuestro parecer político en el planteamiento técnico de la restauración de dicha Iglesia, que nos sigue pareciendo agresiva y que, humildemente, la expusimos ante los medios. La respuesta, a parte de cierta ironía elegante, tenía un tono educado y respetuoso, y abierto a la conversación y a las preguntas que pudiésemos formularle tanto mi compañero, Alfonso Santamaría, que estuvo presente en aquella rueda de prensa, como este portavoz del Grupo Popular y presidente de la Gestora Local del PP”.
Rubio manifiesta que han querido contestar “con la educación y respeto que se merece alguien al que ciertamente admiramos profesionalmente” y señala que “algo se ha quitado entre el levantamiento de las tejas y la aparición de un esqueleto compuesto sólo de cerchas y viga cumbrera” y adjunta fotografías del antes y el después “del desmantelamiento”.
Aclara que “los contrapares o correas, los cabios que rematan en los canes o canecillos que sostienen el alero, y las grandes tablas que forman el tablero sobre las vigas, son también entramado” y pregunta si “todo ello va a volver a la techumbre una vez curada de xilófagos (o comedores de madera) el alma de toneladas de madera”.
Añade que “se dice que sólo las correas se han retirado para este tratamiento, y las vemos numeradas en una foto junto al artículo”, algo de lo que se alegra. Sin embargo, apunta que “si las correas son parte del entramado o armazón, con mayor razón lo serán los cabios, vistos sobre todo en el tejado que da a las aguas del norte, clavados de forma contundente a los contrapares, y de los que hemos observado con preocupación que se cortaban con la letígera motosierra”.
En cuanto al entablamento que cubría al final toda la techumbre, Martín-Miguel Rubio pregunta si “se va a limpiar y tratar, o se va a poner uno nuevo no lignario. “Una leyenda urbana cuenta que la mayor parte de él fue llevada a una cercana escombrera a la que se llega por la carretera a mano derecha que sale pasado el cementerio, y del que ya se está haciendo buen uso contra el invierno. Nos parece raro que todas las correas de madera fueran colocadas en su totalidad en una restauración de los años 70 del pasado siglo (cercano siglo XX), al igual que los canecillos que sostienen los voladizos”, “pues estos elementos son piezas básicas en cualquier techumbre con “cerchas a la española”, como se puede ver en cualquier manual de carpintería”.
Declara que “podemos sostener que gran parte del entramado de la techumbre de la Iglesia de la Asunción sí se ha desmontado. Y este mismo espejismo ha sido compartido por más vecinos que se han sentido heridos por el sonido debelador de las motosierras”.
Indica que no está en el ánimo del Grupo Popular poner “chinitas en el zapato de nadie que esté relacionado con esta restauración, reconociendo los primeros que sólo la buena fe de hacer el bien a este edificio religioso – la mayor joya arquitectónica e histórica de Valdepeñas – mueve la actividad restauradora, pero discrepamos de su modo, que nos parece agresivo, aún incluso de haber tenido el visto bueno de todas las instancias”. “No vamos a tener jamás la impertinencia de entrometernos en aspectos técnicos que desconocemos, pero tenemos el derecho de enjuiciar el plan de restauración desde el punto de vista político. Entendemos la restauración básicamente como conservación, siendo la mejor restauración la que ha conseguido mayor conservación de materiales y técnica pretérita”.
Rubio añade que “a Valdepeñas ya le quedan pocas cosas en donde no haya entrado la piqueta de la modernidad” y finaliza diciendo que “no volveremos a tocar este asunto hasta ver terminada la obra, por prudencia y esperanza”.