Es sabido que el folklore manchego está en alza, y rara es la población que no cuenta con uno o varios grupos entusiastas que, dirigidos por veteranos expertos que ya bailaron lo suyo en tiempos pretéritos, sean hombres o mujeres, se encargan de que las tradicionales seguidillas manchegas sigan vivas en nuestras fiestas, reuniones familiares o actos literarios incluso, que siempre dan sabor y color, provocando en el público como una vuelta al pasado… que siempre es de agradecer. Muchos recordarán sus bodas u otras celebraciones rurales con los preciosos sones de: “Aunque soy de La Manchaaa no mancho a nadieee…”. Todo un himno ya.
Bien. Y, además, viaja, y nada menos que a Galicia, a la hermosa Lugo, cuyo pueblecito Xove, en plena A Mariña, ha tenido a bien celebrar sus fiestas de verano invitando a participar a dos grupos de La Mancha. Nos lo contaba un matrimonio afincado en Alcalá de Henares: Francisco, natural de Tomelloso, y Josefina, nacida en Jaén, que estuvieron en el acontecimiento, ya que suelen frecuentar aquellas tierras de gastillos, hadas, murallas romanas… y añejas tradiciones. La emoción para ellos fue absoluta al encontrarse de lleno en semejante escenario con el Grupo Folklórico Virgen de las Viñas de Tomelloso y la Asociación de Coros y Danzas Fomento de Valdepeñas junto a otros grupos de Avilés y San Ciprián. ¡Para haber estado allí! Ah, a Francisco, que tuvo una feliz niñez de juegos en el gran pueblo del recordado Francisco García Pavón, sus paisanos le dedicaron unas inimitables seguidillas. Y a esperar que los bailes gallegos vengan a devolver la visita. Intercambio cultural de lujo. ¡Gracias!
.