Sonó el himno ‘We are the Champions’ y lanzaron confeti en medio de un sonido atronador. No presentaron la copa de campeones, pero se sintieron campeones; Valdepeñas, su afición, todo un pueblo. Porque de hace un tiempo a esta parte, el fútbol sala se convirtió en un religión en la ciudad vinatera. O mejor dicho, el Viña Albali Valdepeñas se convirtió en mucho más que una devoción.
Aquí aparece, como siempre, el eterno dilema entre el valor y el precio de las cosas. Barcelona, Inter Movistar o ElPozo de Murcia son meras marcas a base de talonario camuflados en la identidad de un club. El Viña Albali Valdepeñas, sin embargo, dio a conocer a toda España su valor, un valor incalculable; el de una ciudad, el de una afición incondicional, el de un equipo que no ha hecho sino empezar a escribir una nueva página de su hermosa historia.

“Nos vamos sin la Copa, pero nos vamos sintiéndonos campeones”, aseguraba con el corazón en la mano el presidente Luis Palencia. Esas mismas palabras son el sentir de toda una afición que lleva vibrando mucho tiempo con su equipo y que en Málaga se consagró para gritar a todo el mundo que “Valdepeñas nunca se rinde” y que reiteró hasta la saciedad “orgulloso de nuestros jugadores”.
Por todo eso y más, el Viña Albali Valdepeñas, su ciudad, la afición y todo lo que le rodea se han ganado a pulso que son campeones. Sin ese premio tangible que es una copa, Valdepeñas puede presumir de muchas otras cosas que no se pagan con dinero.

Un acto como los grandes
Ganara o perdiera, el Viña Albali Valdepeñas y su afición se merecían todos los reconocimientos del mundo. Por eso, desde el consistorio, no dudaron en hacer un acto para celebrar una histórica Copa de España. A las 19:30 horas, la plantilla ofreció a la patrona de la ciudad, la Virgen de Consolación, un ramo de flores en agradecimiento a esta gesta. Acto seguido, el alcalde Jesús Martín recibió a la plantilla en el salón de plenos para transmitirle todo el orgullo, satisfacción y felicidad que ha supuesto este torneo para Valdepeñas. Además, junto a la Directora General de Deportes de la JCCM, Noelia Pérez, los jugadores del equipo recibieron por parte del primer edil una réplica de una moneda hallada en el yacimiento íbero del Cerro de las Cabezas de Valdepeñas.

Acto seguido, el alcalde, el presidente y la plantilla del Viña Albali se asomaban al balcón del ayuntamiento para dirigirse a los 5.000 fieles que no quisieron perderse la fiesta. Entre cánticos y ovaciones, el primer edil tuvo unas palabras hacia los aficionados poniendo en valor el hito realizado.
Tras un vídeo en pantalla gigante con los mejores momentos de la Copa de España, uno a uno fueron desfilando jugadores, jugadores del equipo infantil que participó en la Mini Copa de España, cuerpo técnico y directivos del Viña Albali Valdepeñas hacia el escenario. Todos tuvieron unas breves palabras hacia la afición allí congregada. El agradecimiento y el orgullo fueron la tónica en los discursos de todos y cada uno de los jugadores.
Por último, y tras una canción del grupo Caipiroska sobre el Viña Albali Valdepeñas, se ponía el colofón a una fiesta donde predominó el azul y donde se mezclaron, de nuevo, muchas sensaciones y emociones. Pedro Coronado, el capitán del equipo, presentó el trofeo a la afición como subcampeón de la Copa de España, pero el Viña Albali, su afición y toda una ciudad elevaron al cielo ese sentimiento por sentirse campeones.