El Centro Cultural ‘La Confianza’ de Valdepeñas acogió el pasado viernes la presentación del libro ‘El tránsito discordante’, el nuevo poemario del escritor Jesús Sánchez Rivas, natural de Torre de Juan Abad, y residente en Cataluña.
El periplo nacional de este poemario se iniciaba en Barcelona el pasado mes de junio y, tras su paso por la ciudad de Valdepeñas, será presentado el próximo 20 de agosto, a las 19 horas, en la Sala Ágora de la localidad salmantina de ‘El Cerro’. El acto contará con la presencia del autor y de Rose-Marie Cayero, quien realizará las funciones de maestra de ceremonias.
La presentación en Valdepeñas contó con las intervenciones de dos grandes poetas manchegos Juan Camacho y Juan José Guardia Polaino, así como la maestría musical del cantautor Vicente Castellanos, como informa el Grupo Oretania en nota de prensa.
También se contó con la intervención de la concejala de Valdepeñas, Julia Cejudo, quien celebraba que “vaya en aumento la presentación de libros de autores vinculados a nuestra tierra, como es el caso de Jesús Sánchez Rivas. La producción literaria y, en concreto la creación poética, da muestras de ser una actividad creciente”.
El poeta Juan José Guardia Polaino, en su intervención, realizó un análisis pormenorizado de la obra de Jesús Sánchez Rivas, del que dijo que sus versos “son la antorcha que, a fuerza de transitar caminos del mundo, nos llega repleta de vivencias, son el testamento de un corazón que igual nos invitan al aquelarre de lo cotidiano que a la sensualidad o al aroma de un mundo sentimentalmente poderoso”, y añadió que “nuestro poeta posee un verbo atrevido, sensitivo, de abierta claridad y rotunda confesión. Es rebelde su acento, otras veces, cotidiano y categórico”.
Para, Juan Camacho, “Sánchez Rivas es lo que venimos a llamar un hombre bueno y en su amplia bonhomía se dan las características que lo define: se entrega y ameniza conversaciones hasta el infinito y presta actualmente su extraordinaria rapsodia a cuantos poetas conoce y va conociendo de esta laureada Castilla- La Mancha de las letras y de la que es hijo natural”. Y asegura, que “todo el libro es una fortaleza donde la aritmética de su creatividad protege y defiende, como una buena madre, los sentidos y sentimientos que encontramos en este tránsito de vida, que puede ser la nuestra, cargado de esperanzas y de un compendio de valores humanos que batallan en una sociedad tan plural como humanamente desprotegida ante el dolor, la amistad, la naturaleza, la vida y el amor”.
“Sánchez Rivas es un autor contemporáneo que pretende llamar la atención sobre aquellas heridas que hieren, pero no matan, y lo hace desde la disciplina de un avezado lector y desde la filosofía que exige la experiencia de su propio tránsito de vida. Rivas pretende con este libro calmar la desazón que le provoca el hecho de vivir en un mundo que se desmorona por momentos, cuando se cuenta con los recursos necesarios para hacerlo limpio, aunque quienes tienen los recursos, no parecen tener ningún interés en que el mundo sea de ese modo”.
Para Jesús Sánchez Rivas, presentar este libro en Valdepeñas es “un modo de recordar a mis padres, que se fueron de estas tierras, buscando una vida mejor, y ya no regresaron más que en contadas ocasiones. Un volver a las raíces y a la luz y los colores que uno atesoró en su infancia. Un modo de vivir de nuevo aquellos recuerdos”.
“El Tránsito discordante …”
“El Tránsito discordante…” consta de cinco partes: dolor, amigo, naturaleza, vida y amor. En los que se conoce de qué sustancia está hecho el autor, de qué recónditos pensamientos han partido cada uno de los versos que aglutina cada poema y, sobre todo, qué le ha motivado para escribirlo de este modo y no de otro.
“Del dolor”. Primera parte con ocho poemas, en los que transmite el dolor físico, el dolor por una pérdida, por una ausencia, por una traición, por la maldición de la guerra y el odio. En él evoca el sufrimiento por todo aquello que nos provoca dolor.
“Del amigo”. Esta segunda parte consta de nueve poemas. Hablan sobre el sentimiento de escepticismo que impera cuando la muerte del amigo nos hace ver de cerca la provisionalidad de la vida. Del amigo que se va, que desaparece, que ya no está más con uno. Esas pérdidas, que son como si te arrancaran un miembro, de cuajo, dejándote un traje de soledad, que se aferra al cuerpo de uno, como una lapa, de forma inevitable.
“De la naturaleza”. Consta de diez poemas. Para Rivas “la naturaleza es nuestra casa, en ella vivimos, y cada vez es más difícil protegerla como es debido, solo porque no somos capaces de ponernos de acuerdo para hacerlo”.
“De la vida”. La parte más extensa de las cinco con 19 poemas, en ella el autor se redescubre a sí mismo. En este apartado el autor se acerca a la vida con la poesía en las manos, llenas de expresión pura, sencilla y total, con las que comparte lo bueno, lo malo, lo feo, lo bello, lo real, lo imaginario, los deterioros y todas las vivencias.
“Del amor”. Doce poemas, que son un hálito de fe en un amor simple, leal, honesto y cotidiano, para combatir todas las discordancias de la vida. Son un cántico de humildad porque habla de amor puro, de entrega y de lucha constante por y para el ser amado. Para Sánchez Rivas, “el amor de compromiso, auténtico, duradero. Ese que abarca la amistad, el perdón y la entrega; honesto y eterno, sin pretensiones, pero de verdad. Tangible y, a veces, hasta doloroso. El que no necesita hablar para ser comprendido”.