Varias generaciones de vecinos de los pueblos ribereños del Bullaque han compartido consignas y pancartas en defensa del agua de los ríos Bullaque, Guadiana, y sus afluentes norteños, represados en el embalse de Torre de Abraham, del que cuestionan su gestión.
Con Patricia, una adolescente de 16 años de Piedrabuena, que pide agua para bañarse “sin contraer ninguna enfermedad”, se han manifestado en Ciudad Real otros vecinos como Francisco Martín Sierra, de los ‘loneras blancas’ –dice- que vestido a la usanza campera de la comarca: abarcas, chambra de lona, boina, calabazas para el agua o el vino, garrota y corneta para llamar al ganado, ha reclamado “que suelten algo de agua para que el río pueda correr porque está seco”.
Salió en procesión a pedir lluvia con 7 años
Jubilado con residencia en Madrid y Piedrabuena, Martín Sierra ahora no se lo pide a la Virgen, sino a la Confederación Hidrográfica del Guadiana. De niño lo hizo una vez, con siete años, salió en procesión a pedir a la provicencia que lloviera y acabara con la sequía en el río. Otros años el problema eran las inundaciones, “había veces que el agua nos arrollaba y como no había carreteras cuando estaba en La Golondrina, en Gargantón, con diez años, pasé a mucha gente que venía de Porzuna de un lado a otro del río con una yegua”.
Se acabaron los baños veraniegos
Ana María, otra piedrabuenera de edad similar a la de Francisco, se queja de la falta de agua en un río al que va “todos los días del verano” a bañarse. “Este año está cortada el agua, hay mucha espuma, y no te bañas igual”, comenta mientras sigue la marcha que encabezan varios alcaldes de los pueblos ribereños.
Patricia, la más joven, apunta al mal uso del agua, “creo se malgasta, que se riega en exceso”. Su compañera Tamara, de 26 años, también de Piedrabuena, explica muy concienciada porqué está en Ciudad Real: “Nuestro río se está muriendo y que eso pase afecta a toda la sociedad. Mucha gente viene en verano a la Tabla de la Yedra por el atractivo natural, si lo perdemos…”.