El malestar cíclico por la falta de caudal ecológico de los ríos Bullaque y Guadiana en verano, cada vez más secos y deteriorados, ha movilizado a cientos de vecinos de los pueblos ribereños este miércoles en Ciudad Real, para exigir que se inviertan las prioridades en la gestión del agua.
“No puede ser que haya miles de aspersores regando y el río esté seco”, ha dicho José Luis Cabezas, alcalde de Piedrabuena y portavoz de la manifestación ‘Por un Bullaque vivo’, para exigir a la Confederación Hidrográfica del Guadiana y al Gobierno central, «mejor gestión del agua y que cambien las prioridades».
“Se está pervirtiendo el uso del agua. La prioridad debería ser para garantizar el abastecimiento humano, pero después para garantizar que el río esté vivo permanentemente, que corra; después, y si hay excedentes está bien que se beneficie la agricultura, pero con ese orden de prioridades”, ha agregado Cabezas.

Cabezas, y los alcaldes socialistas de Luciana y Puebla de Don Rodrigo, Dionisio Vicente y Venancio Rincón, se han puesto al frente de una manifestación vecinal en Ciudad Real, que ha discurrido entre la Subdelegación del Gobierno y la sede de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, en las que han registrado un manifiesto con las reivindicaciones.
Vecinos de los pueblos que no riegan
Entre los manifestantes, que han venido a Ciudad Real en tres autobuses desde distintos lugares de la comarca de los Montes, han participado sobre todo vecinos de los pueblos que no riegan del embalse de la Torre de Abraham, la mayor comunidad de riegos de aguas superficiales en el Alto Guadiana.
En la marcha se han coreado consignas a favor del río y pidiendo unión en la comarca, no contra nadie, «nosotros no estamos en contra de los regantes ni queremos entrar en una batalla con ellos, es bueno apoyar la agricultura y la ganadería, pero no cambiando el orden de prioridades», ha insistido diplomático Cabezas.
El alcalde Piedrabuena, que ya participó en los años noventa en marchas similares por el caudal ecológico del Bullaque, explica que la situación no deja de empeorar. «De 90 kilómetros de cauce que tiene el Bullaque 70 u 80 están secos». «Yo recuerdo cómo el agua del río Bullaque [afluente norteño del Guadiana] se veía, clara, como de piscina, eso ahora es imposible. Estos problemas no ocurrían cuando no existía el embalse de la Torre de Abraham».
A favor del río, no contra nadie
La protesta ha contado con el apoyo de grupos comprometidos por el medio ambiente como la asociación Guadiana Vivo. José María Rivero, su representante, ha insistido en que no van contra los regantes ni contra nadie, “nosotros vamos a favor del río, que siga vivo porque se muere a pasos agigantados”.
La situación ha empeorado desde las manifestaciones por la sequía de los años noventa, opina. “El problema ahora es más grave y estamos más concienciados. Queremos unir al mayor número de gente posible por el río”.
5 hm3 «ridículos» para caudal ecológico
Los 5 hectómetros cúbicos que la Confederación Hidrográfica del Guadiana ha destinado este año de lluvias concentradas solo en enero y abril, que se suman a un periodo seco de más de cinco años con alguna excepción, le parecen “ridículos” a este colectivo. “Este año el agua no ha llegado ni a los primeros pueblos. El caudal ecológico es relativo, el río necesita lo que necesita”.