La multinacional danesa Vestas ha parado la producción de palas eólicas en la fábrica de Daimiel, que solo mantendrá servicios mínimos con 25 trabajadores. El Gobierno de España decretó el domingo por la noche las últimas restricciones en la actividad económica para frenar los contagios por coronavirus y ha tenido como consecuencia la paralización de esta industria que, con 1.300 trabajadores, es una de las principales de la provincia.
En un comunicado, Vestas Manufacturing Spain explica que durante el periodo que va desde el 30 de marzo al 9 de abril solamente estarán activos servicios mínimos dirigidos a “minimizar el impacto desproporcionado en la cadena de suministro de la sección de segmentos”.
La fábrica de Daimiel es la única de la red de Vestas que produce estas piezas indispensables para la construcción de un molino. La empresa destaca que es un componente “crítico” en la cadena de suministro internacional de la compañía, y su parón dificultaría el reinicio de la actividad tras el 9 de abril.
Por lo tanto, durante este periodo solo tendrán que acudir al trabajo “unos 25 trabajadores repartidos en 4 turnos”, lo que representa el 7 por ciento de la plantilla. En este tiempo, se mantendrán las medidas extraordinarias para prevenir el Covid-19: la desinfección en las áreas de trabajo, el uso de EPIs, el distanciamiento personal y los controles de temperatura.
La multinacional paraliza también la actividad en Viveiro
Con respecto al resto de la plantilla, este lunes realizaron los trabajos de transición para coordinar la parada completa de la producción de palas. Estos trabajadores se acogerán al permiso retribuido recuperable obligatorio que contempla el decreto ley emitido por el Gobierno de España este domingo para los trabajadores por cuenta ajena de empresas de actividades no esenciales.
Asimismo, la mayoría de los empleados de oficina continuarán con su actividad en modo de teletrabajo, al igual que han hecho en las últimas semanas.
En la misma línea, Vestas ha paralizado la producción de generadores eólicos y paneles de control en la fábrica que tiene en Viveiro (Galicia). La planta queda cerrada hasta las diez de la noche del domingo 12 de abril, una vez pasada la Semana Santa. En este caso, se mantienen unos “servicios mínimos de logística”.
CCOO y UGT acusan a Vestas de intentar saltarse el estado de alarma
Muy críticos han sido los sindicatos con la multinacional danesa en un comunicado, donde aseguran que Vestas presionó al comité de empresa de Daimiel para que aceptase este lunes la apertura de la planta, “contraviniendo la ley en España”. CCOO Industria y UGT FICA acusan a Vestas de ser “la única planta del sector eólico” que ha intentado «saltarse a la torera» la paralización de la actividad industrial.
Cabe recordar que las diferencias entre la empresa y la plantilla empezaron al inicio de la crisis. Los trabajadores llegaron a estar parados en sus puestos de trabajo 18 horas porque consideraban las medidas de seguridad impuestas “insuficientes” y obligaron a la empresa a paralizar la actividad durante cuatro días, que al final optó por realizar reducciones de jornada -siempre que se mantuviera el 70% de la plantilla-. Desde entonces, el comité de empresa ha defendido que la planta tenía que cerrar.
Los sindicatos hablan de “amenazas y coacciones” por parte de la empresa, que según indican, llegó a buscar a “personas voluntarias” para mantener la producción. El comité de empresa advirtió que “si atendían a solicitudes manifiestamente ilegales, asumirían posibles sanciones”. Asimismo, afirmó que la paralización estaba más allá de las capacidades de la empresa, “por más que la dirección pretendiera retorcer la ley”.
Hay que señalar que la pandemia no ha sido ajena a la plantilla de Vestas. La empresa confirmó la semana pasada dos positivos en coronavirus y los sindicatos afirman que ya hay 131 personas en cuarentena, tras haber tenido contacto con infectados o por presentar síntomas propios de la enfermedad.
Los sindicatos recurren al Ministerio
Las direcciones de CCOO de Industria y UGT FICA informan de que incluso tuvieron que contactar con el Ministerio de Industria “para tratar de poner freno a un atropello contra la salud de las trabajadoras y trabajadores”. Según indican, “todas las empresas del sector eólico con centros de fabricación en España decidieron ayer interrumpir sus operaciones y acogerse al permiso retribuido”.